Pedro Crespo Ciscar, párroco de la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús de Torrevieja -«La Ermita»- ha reiterado su solicitud al Ayuntamiento para que controle la actividad deportiva de las docenas de chavales que reúnen en la plaza - a falta de otros espacios públicos para hacerlo en el centro- para jugar al fútbol o subir en monopatín.
Este verano los balonazos -que quedan impresos en los cristaleras- han roto tres de ellas en la llamativa fachada en hormigón blanco del templo. También, la misma actividad futbolera ha acabado con cuarenta apliques que la iglesia ya se ha cansado de reponer. Incluso se ha llegado a interrumpir una misa tras atravesar los chavales el interior del templo en monopatín.
El joven párroco de La Ermita solo reclama algo de respeto. Valora que la plaza, que es un espacio público de «todos» se utilice para asambleas como las de la PAH o por grupos de raperos. Entiende la falta de espacio pero recuerda que a diario este verano han pasado hasta tres mil personas a las distintas misas que se celebran en la iglesia -alguno de los feligreses también se ha llevado un balonazo-. Pide una señal de prohibición de jugar a la pelota como sí existe en otras plazas con más fortuna y que la Policía Local actúe-y no descartar el proyecto del anterior mandato municipal para adecuar una parte del espacio como pista deportiva-, algo que también reclaman los vecinos de La Punta.
