El equipo de gobierno de Albatera informó ayer de que en agosto se han eliminado hasta 10 focos de legionella «detectados en marzo» por una inspección rutinaria de Sanidad. La primer edil, Rosa Guillén, apuntó que el equipo de gobierno tuvo conocimiento cuando Conselleria inició un expediente sancionador al no haberse subsanado las deficiencias «que fueron comunicada al anterior ejecutivo, liderado por el popular, Federico Berna», al que acusó de ocultar esta información que «podría haber supuesto un grave riesgo para la salud». Berná negó ayer estos extremos: «Días antes de las elecciones de mayo tuvimos una inspección, se nos dijo que necesitábamos instalar cloradores de agua y ordené pedir presupuestos. Acabé el mandato sin saber los resultados de los análisis. Es falso que eso ocurriera en marzo, que enseñe el documento la alcaldesa. Nunca habría puesto en riesgo la salud de los vecinos».

La versión del exalcalde contrasta con la de su sucesora, esta aseguraba que «tuvimos conocimiento de la situación el 29 de julio, cuando Sanidad nos informó de la apertura del expediente. Rápidamente pedimos el informe, que se nos había ocultado hasta el momento, y del que ni siquiera se nos dijo en el traspaso de poderes». Los brotes se localizaron en el Pabellón Santiago Sanz, el campo de fútbol de El Calvario y la piscina climatizada en puntos como «aspersores de riego, depósitos de agua o griferías», apuntó.

Enfermedades

Desde el Consistorio dijeron que para eliminar los focos se concedió, «en marzo, un plazo de un mes». Sin embargo, «los anteriores responsables políticos del PP de Albatera dejaron el expediente aparcado sin escuchar las recomendaciones de Sanidad Ambiental para evitar posibles contagios de esta bacteria, que puede causar graves problemas físicos a menores, ancianos y personas aquejadas de enfermedades respiratorias como fatiga, dificultad para respirar y en ocasiones diarrea o dolores musculares», dicen en un comunicado.

Ante esta situación, «estamos estudiando la posibilidad de tomar medidas legales contra el exalcalde», ante la «irresponsabilidad y el grave riesgo de contagio». Según la regidora, el actual equipo de gobierno, «actuó nada más recibir una llamada del Departamento de Sanidad Ambiental donde se advertía de una inminente sanción por dejadez a la hora de eliminar esta plaga de legionela. El gobierno local encargó a una empresa especializada la cloración de todas las instalaciones deportivas afectadas y los correspondientes análisis. Este proceso se llevó a cabo durante los primeros quince días de agosto mientras que los recintos deportivos permanecían cerrados al público. Las instalaciones deportivas solo abrieron cuando se contrastó que las bacterias se habían erradicado».