Dos operarios se afanaban ayer para limpiar el escudo de Orihuela, que aún se dibuja pese a las numerosas piezas de cerámica que ha perdido y que preside el cauce del Segura, en una de las estampas más típicas, que recoge en un mismo plano la Catedral, el campanario de la iglesia de las Santas Justa y Rufina, el Seminario y parte del casco histórico. Queda por saber si la pintada colocada junto al símbolo de la ciudad también se limpiará o perdurará.