Orihuela celebró ayer su tercera jornada de la Semana Mayor con la procesión de Martes Santo, protagonizada por las Cofradías del Perdón y el Ecce Homo, que sacaron seis valiosos conjuntos escultóricos, más la Cruz Penitencial, firmados por escultores tan relevantes como Salzillo. Todas las imágenes se exhibieron ayer sobre tronos de orfebrería de oro y plata, convirtiendo las calles de la capital diocesana en un pequeño joyero que albergó algunas de las piezas más importantes de la Semana Santa, declarada de Interés Turístico Internacional. La temperatura menos veraniega que el día anterior, animó a miles y miles de personas a tomar asiento y disfrutar de una solemne procesión precedida de la Convocatoria.

La Cruz Guía seguida de un nutrido grupo de niños nazarenos fueron los encargados de iniciar el desfile de la Cofradía del Perdón, en el que como viene siendo habitual los heraldos ataviados con trajes romanos acompañaron al Cofrade Porta-Guión, un cargo que este año ostenta Gregorio Antonio Ruíz Herrero. Se trata de una figura que antaño tenía la misión de visitar al obispo con el objetivo de obtener de forma simbólica su permiso para sacar a la calle la procesión, obsequiando al prelado con una bolsa de caramelos tras obtener su visto bueno, según recordó ayer el presidente de la Cofradía, Manuel Franco, quien añadió que ese cometido desapareció cuando se instauró la Junta Mayor de Semana Santa y señaló que el nombrado este año para el cargo es «una persona con una humildad y sencillez encomiable, un cofrade muy importante y muy querido».

La marcha «Cristus a venia», interpretada por el ensamble de metales Ginés Pérez, fue la que anunció la llegada de Nuestro Padre Jesús de la Caída, una imagen de Salzillo de 1754 en trono de plata de Orrico. Miembros de la Policía Nacional y la Centuria Romana fueron los encargados de escoltar al Cristo.

La Verónica (1942, José Díez) fue la siguiente en aparecer en la procesión sobre un trono de plata de orrico acompañada por una banda musical de Tobarra. A la imagen de la mujer que limpió el rostro de Jesús empapado en sangre, sudor y lágrimas le siguió el conjunto escultórico de El Calvario, tallado en 1942 por Enrique Galarza. Su trono, obra de Rafael Moreno, tuvo este año como novedad la inclusión de un alargamiento de los varales traseros, una medida adoptada por la Cofradía puesto que la parte posterior es la que más peso concentra. Es el tercer año que este trono sale a hombros de cerca de 70 costaleros que anduvieron el largo recorrido acompañados de las marchas interpretadas por una banda valenciana. La procesión concluyó con el paso de María Santísima del Perdón, tallado en 1952 por Quintín de Torre en trono de plata de Orrico.

Pulseras

Cabe resaltar que El Perdón, uno de los más multitudinarios de los últimos años, contó con más de 400 cirios portados por nazarenos perfectamente uniformados y que portaban pulseras como salvoconducto para salir en la procesión. Para evitar que al desfile de Semana Santa asistieran nazarenos que no son cofrades y en ocasiones no van vestidos como el protocolo exige, se contrató a 18 guardias de seguridad cuyo objetivo fue bloquear los accesos a la procesión durante su recorrido.

Las vestas formadas por túnica, capa y capirote negros, con fajín rojo, verde y oro, y las del cíngulo, azul dieron paso a los nazarenos de túnica negra y capa y capirote púrpura de la Cofradía del Ecce Homo, que también abrió el cortejo con un grupo de niños nazarenos acompañados por la banda de cornetas y tambores Auxilium. Como novedad por ser el 75 aniversario del colectivo cofrade, participó en el desfile una escuadra de medio centenar de miembros de la Policía Local, que dio paso al tercio de la Cruz Penitencial.

La Guardia Pretoriana, presidida por el Pretor XII, José Victor Rodríguez López, y los espectaculares caballos y jinetes que participan en este desfile, dieron paso a La Sentencia, tallada por Víctor de los Ríos y que este año celebra su 50 aniversario arropado por medio centenar de nazarenos. Continuó otra de las joyas escultóricas de la Semana Santa de Orihuela, el paso titular de la Cofradía, el Ecce-Homo de Salzillo de 1777, que cruzó elegante las calles acompañado de las marchas procesionales de la Unión Lírica Orcelitana.