Con 26 agentes de Policía Local más que en la Semana Santa de 2014, el Ayuntamiento de Orihuela se vio obligado ayer a anunciar la habilitación de una bolsa de horas extras para garantizar la seguridad durante las procesiones. Quizá este dato -contar con un 15% más de plantilla que en la anterior Pasión y aún así necesitar gastar en horas extras- sea el más fácil para entender en qué conflicto se encuentra en estos momentos el equipo de gobierno a dos días de la Semana Mayor, declarada de Interés Turístico Internacional, que se ha ido enredado a cuenta de impagos y desacuerdos en la mesa de negociación. El concejal, después de anunciar esta medida excepcional que afecta a las arcas públicas y que previamente consensuó con el alcalde, Monserrate Guillén (Los Verdes), le dijo a los periodistas sobre la situación por la que pasa que «no voy a acceder a chantajes, presiones y abusos».

Y lo dijo probablemente porque ya sabía que los policías locales no están dispuestos a aceptar esa bolsa de horas extras autorizada para la Semana Santa, porque así lo acordaron estos en asamblea, según recordaba ayer UGT, por lo que todo hace prever que la solución de ayer no es más que papel mojado. Y en esta situación, el grupo popular convocó a la comisión de Seguridad e invitó a los sindicatos a una reunión que tendrá lugar esta mañana.

Orihuela necesita desde el domingo una docena más de agentes (algunos días hasta 15) para reforzar los servicios de Semana Santa, lo que no sólo incluye el casco urbano sino las pedanías donde también se conmemora la Pasión. El problema que se plantea es que la negativa de los agentes a cobrar (alrededor de 20 euros limpios por hora) por alargar sus jornadas hace pensar que todo queda supeditado a lo que se acuerde hoy entre el edil Víctor Ruiz y tres de los cuatro sindicatos (UGT, CSIF y SPPLB), con la mediación del PP y, quién sabe, si del propio alcalde Guillén.

Ruiz negó ayer todas las acusaciones de los sindicatos sobre los impagos y aseguró que algunos no existen y otros se están tramitando -la misma versión que ya publicó este diario- y quiso poner como ejemplo de que lo que él dice es lo cierto el que CC OO no ha entrado en esta «guerra» en la junta de personal. «La tensión no contribuye a acuerdos», resumió. También desveló que las horas extras del pasado año pendientes de pagar no se incluirán en la última nómina por deseo expreso de los sindicatos para al parecer aligerar la carga del capítulo 1 del presupuesto que se está renegociando ahora, precisamente, para establecer de una vez por todas la Relación de Puestos de Trabajo.