El concejal de Urbanismo, Antonio Zapata (PSOE), es capaz de enumerar uno a uno los inmuebles en ruinas de Orihuela y los cinco que han tenido que ser «enjaulados» tras redes para evitar que más caídas a la vía pública de trozos de cornisas, azulejos, maderas,... terminen por causar un accidente fatal. El edil asegura que el Ayuntamiento actúa de forma subsidiaria cuando detecta estos inmuebles y es incapaz de localizar a los propietariosinmuebles en ruinas de Orihuela incapaz de localizar a los propietarios, algo que en pleno siglo XXI es algo relativamente habitual en Orihuela donde la sucesión o la herencia no se inscriben en el registro y así, a día de hoy, hay edificios que amenazan ruina que figuran aún a nombre de su propietario originario, que murió hace décadas.
«Tenemos dos problemas -explica el responsable de Urbanismo-, los edificios que no sabemos de quién son y aquellos cuyos propietarios nos dicen que no tienen posibilidades económicas. En ambos casos y antes de que se produzcan más accidentes, decidimos colocar las redes cuando ellos no lo hacen en el plazo que se les marca y después se les pasa al cobro». Otra cuestión es si ese dinero, al final, revierte en las arcas públicas porque quien no ha podido pagarlo al principio, tampoco va a hacerlo cuando el Ayuntamiento le ha resuelto el problema.
Así, en la ciudad han ido floreciendo enormes telas-redes que cubren prácticamente fachadas de edificios de dos o tres plantas y por los cuales, al pasar por debajo, se observan trozos desprendidos que la malla, milagrosamente, ha evitado que llegaran al suelo y, quién sabe, lo que entonces hubiera sucedido.
El Ayuntamiento admite que la solución que se le da a este problema es mala, pero no encuentra otra. De hecho, algo parecido viene ocurriendo prácticamente desde comienzos de legislatura con las fachadas en mal estado que han llevado, incluso, a la colocación de vallas y cortes de calles que permanecen a día de hoy sin que la actuación municipal suponga un antes y un después de un problema. Es decir, se coloca sin fecha de caducidad. El edil Zapata llegó a quejarse en los juzgados de prácticas que había ido descubriendo, como propietarios de viviendas que realizan simulaciones de ventas para evitar hacer frente a los pagos o reparaciones que exige el Ayuntamiento. La respuesta de la justicia, en cualquier caso, es mucho más de burocracia y eterniza la solución al depender, entonces, de una sentencia.
