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Una depuradora de Rojales vierte sus aguas fecales al parque natural cada vez que llueve

La CHS ha sancionado al Ayuntamiento en 20 ocasiones en una década sin que haya puesto solución al problema y con una ampliación en 2007 que está semiabandonada

La depuradora de una de las urbanizaciones de Rojales vierte aguas residuales a un canal de riego dentro del parque natural de la Laguna de Torrevieja y La Mata cada vez que llueve. No sucede solo con lluvias torrenciales. Basta con un chaparrón. El último episodio se ha producido este mismo fin de semana cuando en la zona no se han llegado a recoger ni diez litros por metro cuadrado. Este vertido ha sido denunciado por la guardería fluvial de la Confederación Hidrográfica del Segur y la Conselleria de Medio Ambiente. Y van una veintena de denuncias en una década sin que el Ayuntamiento de Rojales, ni la empresa concesionaria responsable de gestionar las cinco depuradoras del término municipal, Hidraqua, hayan resuelto el problema. La mercantil no quiso hacer declaraciones.

El municipio recibe los expedientes, pero no se molesta en recurrir ante el contencioso, aunque alega. Directamente abona la sanción por arrojar estas aguas sin contar con autorización de vertido y sigue contaminando. En teoría la depuradora está preparada para tratar y recibir las aguas residuales y los aportes extra de las lluvias. El campo de Golf de La Marquesa tiene autorización de la Confederación Hidrográfica del Segura para bombear las aguas excedentes tratadas y elevarlas hasta sus instalaciones. Sin embargo, cuando llueve se desborda la instalación casi de forma automática, según la información que ha podido confirmar este diario y arroja miles de litros de aguas residuales directamente a un canal de riego perteneciente a la Comunidad de Riegos de Levante Margen Derecha.

Como los agricultores están advertidos de esta situación desde hace años dejan pasar los caudales para que los contaminantes no afecten a los cultivos de alcachofas y huertos de naranjos y limones. Y el agua, una mezcla de recursos depurados, aguas fecales sin depurar y aportes de las lluvias, termina filtrándose directamente al acuífero de la laguna de La Mata a través de los bancales.

Rojales cuenta con cinco depuradoras. Una que da servicio al casco urbano. Dos situadas en la macrourbanización de Ciudad Quesada y otras dos -Lo Pepín- y -Dona Pepa-, que cubren la depuración a las urbanizaciones del sur del término que recaen en la cuenca vertiente de la laguna de La Mata. A excepción de la que funciona en el casco urbano, todas tienen problemas por su escasa capacidad de tratamiento, pero también porque no tienen autorizado un punto de vertido. Es decir no pueden derivar todas sus aguas tratadas a agricultores o actividades que las puedan reutilizar, por lo que están siempre al borde de su capacidad y cuando llueve deben evacuar sin autorización.

En el caso de Lo Pepín además se da la circunstancia de que se invirtió en una mejora con una segunda fase de tratamiento en 2007 y que nunca se puso en marcha. Ahora esa instalación se encuentra semiabandonada, tal y como pudo comprobar este diario ayer al visitar la zona. Los vertidos, que el Ayuntamiento considera «puntuales», también han sido denunciados ante la Conselleria de Medio Ambiente y el Servicio de Protección a la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona). La dirección del parque natural de las lagunas de Torrevieja y La Mata, cuya junta rectora está presidida por el alcalde de Torrevieja, Eduardo Dolón (PP), tiene constancia de este problema ambiental desde hace años. También tuvo conocimiento de estos vertidos contaminantes el exalcalde rojalero del PP Antonio Martínez, ligado laboralmente a la concesionaria, y el primer edil socialista y diputado provincial Antonio Pérez.

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