Este Pablo Iglesias torrevejense -Pablo Iglesias López-, llegó con 15 o 16 años de Fuenlabrada, y aunque con 20 regresó solo a Madrid para trabajar , «tenía ganas de volver a mis orígenes», pronto tuvo muy claro que como en Torrevieja se está en pocos sitios. Ahora con 32, trabaja con un contrato por horas en diseño gráfico y gestión de datos de clientes para una inmobiliaria, aunque el sector ya no es lo que era hace unos años. De activismo político, en consonancia con el líder nacional de Podemos, también presenta batalla su nombre. «Mis padres son socialistas aunque no han sido muy activos, y mis abuelos, que estuvieron mucho en la calle durante el franquismo, también ...por eso mis abuelos pusieron a mi padre el nombre de Pablo, porque tenía reminiscencias socialistas evidentes del fundador del partido. Y mi padre a mí, también».
Pero no solo de nombre vive el hombre. Iglesias López fue uno de los impulsores del movimiento Democracia Real Ya en la ciudad turística, aunque como dice él mismo, «no me gustara mucho salir». Una corriente efímera que llevó a La Glorieta torrevejense las concentraciones del 15-M, mérito a considerar teniendo en cuenta la escasa tradición de protesta ciudadana en el municipio. Y de ahí, el salto a Podemos, en cuyo proyecto político se encuentra desde que despuntara la formación en las elecciones al Parlamento Europeo, «en la primera asamblea pedí que me apuntaran, y ya estuve de apoderado en las europeas». Por cierto, recuerda, acompañado en el colegio electoral de seis interventores y apoderados del PP «que se portaron bien».
Las municipales
Nada que ver con la tarea que desempeña ahora como coordinador y secretario general de Podemos en Torrevieja desde hace unas semanas. «Es un compromiso importante. Tienes que dedicarle mucho tiempo y no es remunerado. Pero hay que hacerlo. Si no fuera yo tendría que ser otro». Tiene muy claro que el objetivo es el cambio «de una vez», y que la herramienta que lo define «es Podemos». Le acompañan 10 miembros del denominado Consejo Ciudadano en ese cometido. Habla de ganarse el voto de la abstención, el de los residentes internacionales, de políticas sociales, de refundar la perspectiva de empleo, de presupuestos participativos, de austeridad... , y dando pie al juego de palabras apostilla, «habrá que ver hasta dónde "podemos" llegar; hay mucha deuda y tiene que haber mucho debajo de los cajones. Entrar, ver, empollar. ¿Saber como funciona y gobernar no debe ser estudiar álgebra?», señala como si quisiera asegurarse de lo que dice. «Habría que hacer un "mapeo" de las necesidades reales de la gente», agrega.
El perfil de quienes han dado el paso con Iglesias López en Torrevieja -han pasado de 100 inscritos en agosto a los 380 actuales- es muy distinto a las personas que desarrollan su labor política en el Ayuntamiento. Se asimila a la diversidad del 80% de vecinos de Torrevieja. Es decir, los llegados desde toda España y otros países, y sin vinculación a las «familias de toda la vida» que copan, salvo excepciones, los cargos públicos en el gobierno como en la oposición.
Podemos renuncia a presentarse a las municipales bajo su marca, como en el resto de España. En Torrevieja está en conversaciones con Izquierda Unida y otros colectivos -la palabra ciudadanos y gente es la que más repite- para formar parte de una agrupación de electores. La decisión final se adoptará en una asamblea a principios de enero. Con la naturalidad del que desconoce los misterios de la política local más convencional, dice Iglesias que si la asamblea vota otra cosa que no sea esa fórmula -IU prefiere una coalición - lo más probable es que no estén en esa cita electoral. En estas conversaciones están participando de forma individual y no como Podemos, aclara.
¿Que qué opina sobre el PP local que gobierna el municipio desde hace tres décadas? «Hay que echarlos, son los culpables de lo que ha pasado, y de lo que pasa en la calle. Nos han robado a manos llenas», resume con rotundidad. Dicen que Pablo Iglesias López, el Pablo Iglesias torrevejense, además de compartir nombre e ideales también guarda cierto parecido físico con el líder nacional de Podemos, «...pero bueno, mejor que llamarse Mariano Rajoy, desde luego».
