La inauguración de la reforma de la Plaza del Carmen dio mucho de sí aquel 4 de enero de 2008. La entonces alcaldesa Mónica Lorente sorprendió a los periodistas asegurando que la ubicación del macrovertedero se realizaría en la zona de Las Pistolas y no en el lugar previsto, Lo Cartagena, tal y como acababa de formalizar el Consorcio de las basuras solo unas horas antes.

Sorprendió a los presentes porque algunos medios de comunicación ya habían publicado que esos terrenos eran propiedad del industrial Fenoll, implicado ya de lleno en la primera fase de la Operación Brugal que lo llevó durante meses a la cárcel a mediados de 2007. Las intervenciones telefónicas a Fenoll se centraban en las negociaciones que mantuvo con Ortiz a cuenta de la venta de la finca.

Pero el objetivo de Lorente en realidad estaba alejado de desvelar las negociaciones entre los principales empresarios de la trama. El «desliz» de la alcaldesa se enmarcaba más bien en los intentos de tranquilizar a los combativos vecinos de Torremendo, que durante más de una década habían luchado contra la ubicación de una instalación similar promovida también por Ángel Fenoll. Lorente, quería trasladar que la ubicación que planteaba estaba a más de 6 kilómetros de la zona poblada y la incidencia de la macroplanta sería mínima.