El equipo de gobierno está preparado para soportar las críticas que le caerán por esta decisión y por el hecho de que estén dispuestos a cerrar esta legislatura sin más que un presupuesto propio presentado, el de 2012, y apoyados después en prórrogas del mismo. Y lo hace por miedo a que el PP y CLr-Claro sumen sus votos para enmendar cada una de las partidas presupuestarias que les presenten. El cansancio en un equipo de ocho entre 25 ediles (el alcalde Guillén sigue de baja) es más que evidente y nadie quiere trabajar en proyectos para 2015 cuando sabe que la oposición tumbará su labor de un plumazo. El seguir gobernando desde la junta de gobierno y el negarse a cumplir los acuerdos de pleno es el único camino que les queda hasta final de legislatura. M. ALARCÓN