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Pleno de Orihuela

La plaga de los pinos se come el pleno

El equipo de gobierno y la oposición fueron incapaces de consensuar la toma de medidas

La plaga del «Tomicus destruens», el escarabajo que ataca los pinos por la sequía, había acabado en primavera con 1.140 ejemplares sólo en Orihuela y ya la Conselleria de Medio Ambiente admitió que era el término municipal más afectado de toda la provincia de Alicante; a pesar de este hecho y de que durante los seis últimos meses esta cifra, al menos, se ha duplicado porque la falta de agua se ha hecho más acuciante, el pleno fue incapaz de consensuar las dos mociones que los ediles Manuel Gallud (Los Verdes), por el equipo de gobierno; y Pedro Mancebo (CLr-Claro), por la oposición, presentaron para ponerle coto. Más bien todo lo contrario. El liberal utilizó una vez más la apisonadora que supone la mayoría de votos que suma su formación junto al PP (14 de 24 concejales) para, de entrada, tumbar la propuesta del ecologista y, acto seguido, aprobar otra que compromete fondos públicos para luchar contra el escarabajo, algo que Gallud ya dijo que no haría porque era ilegal. En definitiva, las pinadas de Orihuela ya pueden poner el cartel de «RIP» si no llueve u obra un milagro.

El asunto de la plaga, en otro pleno tedioso y falto de contenido -sólo se aprobó y por consenso un cambio del PGOU para permitir la construcción en el solar de la Casa Racionalista, que está protegida, siempre y cuando se conserve su fachada original-, pese a durar cuatro horas y media, se convirtió en estrella por el desastre en el que se ha convertido las pinadas de Orihuela y que sigue extendiéndose. Así, Gallud en su relato de hechos destapó que la Conselleria de Medio Ambiente ya detectó la plaga hace un año pero no hizo nada porque «no tiene un euro. Se lo han gastado todo», dijo refiriéndose al último escándalo que sacude a la Generalitat a cuenta de las facturas en marisco y solomillo. Su propuesta partía de la base de que el Ayuntamiento no tiene competencia para tocar un solo pino porque están en zona forestal. «La Diputación nos ofreció la posibilidad de gestionar una autorización para cortar nosotros los pinos muertos o dárselo a una empresa a cambio de la madera», dijo Gallud, quien planteó instar al Consell a asumir su responsabilidad cuanto antes y a reforestar los ejemplares perdidos. En cambio, Mancebo logró que se aprobara la suya, que exige inversión del Ayuntamiento.

Estéril

El debate entre ambos fue estéril. Mientras el liberal decía que también hay pinadas municipales sobre las que actuar y que otra administración no va a negarse a que se le ayude a eliminar un problema; el ecologista le reiteraba que destinar un euro a eso era ilegal. La aprobación de la propuesta de Mancebo, como tantas otras de la oposición, caerá en saco roto para el bipartito, que no la llevará a cabo. Al menos Gallud aseguró que voluntarios colocarán trampas.

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