El reloj centenario de la plaza Centuria Romana de Orihuela, en estado de abandono desde hacía años, vuelve a marcar las horas, una vez sustituida la vieja maquinaria y el sistema de iluminación.

Los trabajos se han prolongado durante un mes aproximadamente y han supuesto un coste de 16.200 euros, bastante más que los 13,82 euros (2.300 pesetas) que tuvo que pagar el ayuntamiento oriolano en 1900 por adquirirlo.

Las labores se han centrado en instalar una central horaria automatizada con la que el reloj funciona de forma autónoma, sin utilizar la maquinaria original, la cual ha quedado expuesta dentro de la urna.

Este nuevo sistema regula así el toque de campanas, los cambios horarios y recupera la hora en el caso de que se produzca un corte de luz.

Asimismo se han cambiado las esferas por otras de metacrilato de color hielo -rodeadas de unas de acero iluminadas con luces "led"-, se han cambiado las manecillas y la numeración ha pasado a ser romana.

La parte final de los trabajos ha consistido en la limpieza de la urna donde se ubica la maquinaria y, del mismo modo, la actual caja de madera ha pasado a ser de acero galvanizado.

El ayuntamiento compró este reloj en 1900 para instalarlo en la casa consistorial de la plaza Nueva en 1901 y, en 1978, lo desmontó. Se volvió a recuperar en 1999 pero se ha ido deteriorando con el paso de los años.

Dos empresas, una especializada en la recuperación de relojes de este tipo y otra de cerrajería (para la restauración exterior), han sido las encargadas de realizar estos trabajos.

En su día, el concejal de Infraestructuras, Víctor Ruiz, culpó al a "desidia y al abandono" la situación en que había quedado el reloj.