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Una plaga imparable arrasa miles de pinos

El insecto «tomicus destruens» avanza sin control por distintos municipios y ha secado ya cerca de 5.000 ejemplares

Una plaga imparable arrasa miles de pinos tony sevilla

La plaga del insecto conocido como «tomicus destruens» avanza sin control por la Vega Baja y ha arrasado ya cerca de 5.000 pinos mientras las escasas medidas anunciadas por las administraciones públicas no frenan sus devastadores efectos. El foco inicial de este coleóptero se localizó en la Sierra de Orihuela, propiedad de la Generalitat Valenciana, pero la inexistente actuación durante meses para frenar su avance ha favorecido su rápida expansión hacia pedanías como la de Hurchillo. En la actualidad la plaga ha rebasado los límites del término municipal y ha llegado a otras localidades cercanas como Redován, Benejúzar y Callosa de Segura, cuyas principales zonas verdes se están trasformando en secarrales.

La sequía que ha asolado la provincia alicantina en el último año y la falta de actuaciones para frenar la plaga cuando se detectaron los primeros brotes ha servido de caldo de cultivo para la expansión de un insecto que seca los pinos hasta dejarlos sin vida. El Ayuntamiento de Orihuela fue el primero en dar la voz de alarma a la Conselleria de Medio Ambiente exigiendo en mayo un plan para frenar el avance de este coleóptero que ya había afectado a decenas de árboles. Pero según indicó el edil oriolano Manuel Gallud (Los Verdes) la respuesta no llegó hasta septiembre y durante este transcurso de tiempo sucumbieron cerca de 2.000 pinos. Hoy son centenares más los ejemplares afectados. Mientras tanto, el insecto sigue devorando zonas verdes como la Cueva Ahumada de Callosa, la Sierra de Redován, donde existe otro millar de arboles afectados, y el monte de Benejúzar, tres espacios que conforman los principales pulmones verdes de dichos municipios en los que se acumulan cientos de pinos secos que, además de favorecer la expansión del insecto, convierten esos espacios en un polvorín en caso de incendio.

Hace pocas semanas el Consell anunció por fin un plan de choque y aseguró que destinará 200.000 euros para frenar la expansión de la plaga cortando los árboles infestados e instalando trampas para atrapar al insecto en varios puntos de la Comunitat, aunque en la actualidad estos espacios verdes de la Vega Baja presentan un aspecto desolador porque los árboles afectados y secos continúan sin ser talados. Lo cierto es que hasta el momento parece que dicho plan todavía no se ha ejecutado y la plaga del insecto sigue fuera de control, amenazando ya a las dos masas más importantes de pinos de la comarca, la de Guardamar del Segura y la de Dehesa de Campoamor.

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