La hija de dos años de Yolanda Aniorte Cuenca, de 39 años, la oriolana que fue asesinada el pasado fin de semana, supuestamente a manos de su marido, Juan Antonio Martínez, de 37, quien está detenido, continuaba ayer con la familia del padre, en Murcia, a la espera de que la Conselleria de Bienestar Social decida sobre la custodia, según confirmó INFORMACIÓN.

Las dos familias pretenden asumir los cuidados de la pequeña por el momento, un tema que no será fácil de resolver; de hecho, la niña continuaba ayer con su madrina, a la sazón hermana del detenido, quien no la entregará hasta que no se lo diga el juzgado o la Conselleria de Bienestar Social. Como ya ha venido publicando este diario, María del Carmen Martínez cuida de la pequeña desde el fin de semana y fue la que advirtió al servicio de emergencias del «112» que algo podía estar pasando tras recibir una llamada de su hermano el lunes en la cual le vino a anticipar que había hecho algo malo. El cadáver fue descubierto al mediodía con, al menos, una decena de golpes en la cabeza hechos con una mancuerna.

Minutos después de concluir el sepelio en Orihuela y tras regresar el féretro de Yolanda al tanatorio a fin de proceder a su incineración, la familia oriolana de la pequeña comenzó a iniciar los trámites para asumir la custodia. De hecho, pretendía ayer tarde acudir a por ella y la tía, a priori, se negó; de hecho, les manifestó que pretendía marcharse de viaje durante estos días con ella. El concejal de Bienestar Social de Orihuela, Emilio Zaplana, se encontraba ayer al tanto de esta delicada situación e intentará dar la mejor solución a un conflicto que, aunque tendrá que resolver la Conselleria de Bienestar Social, que es la que de forma automática debe asumir la custodia, les afecta porque se solicitarán informes a los servicios municipales; de hecho, había prevista una reunión ayer por la tarde para tratar este asunto que, al final, no tuvo lugar. La abuela de la pequeña, Maruja Cuenca, ya asume la custodia del hijo mayor de Yolanda, de 9 años, quien se encontraba este fin de semana con el padre dentro del régimen de visitas que tiene concedido. Una casualidad hizo que ninguno de los pequeños estuviera en casa cuando ocurrieron los hechos.