Un policía crucificado para escenificar el «calvario» que los agentes denuncian estar viviendo debido a unas condiciones laborales que consideran injustas. Torrevieja vivió ayer una situación esperpéntica durante el desarrollo de una sesión plenaria cuando un agente de la Policía Local atado a una cruz apareció por el exterior de las ventanas de la tercera planta del consistorio. El efectivo, vestido con un traje roído que simulaba los colores del uniforme oficial, se encaramó a una grúa que lo elevó casi 10 metros para realizar una «performance» que acaparó toda la atención de la corporación y el público hasta el punto que el alcalde, Eduardo Dolón, se vio obligado a suspender el pleno durante 15 minutos debido al revuelo que se había montado dentro y fuera de la sala; advirtiendo que este hecho que calificó de «ilegal» tendría consecuencias.

Las protestas que algunos agentes de la Policía Local de Torrevieja llevan protagonizando desde hace más de medio año coincidiendo con la celebración de las sesiones plenarias se volvieron a repetir ayer a las puertas del consistorio con una puesta en escena que no dejó a nadie indiferente. A las 11.05 horas de la mañana se empezaron a escuchar en la sala los primeros ruidos de silbatos y bocinas desde la calle, donde un grupo de agentes provistos con carteles que contenían eslóganes del tipo «queremos un jefe competente», «por el diálogo y la negociación» o «estaremos en todos los plenos» iniciaba una sonora protesta. El protagonista de todos ellos fue el policía que simulaba la Pasión de Jesucristo arrastrando una cruz de madera de un sitio a otro, cayendo incluso al suelo en determinados momentos y simulando escenas bíblicas de la agonía del Nazareno.

Cuando el elevador-grúa lo alzó hasta las ventanas que dan al salón de plenos y los presentes en la sala se percataron de lo que estaba ocurriendo, perdieron toda la atención en el debate y se fueron acercando poco a poco a las ventanas para observar de cerca, entre la indignación y la risa, la peculiar escena que obligó a detener el debate político un cuarto de hora.

«Filtro»

Una vez retomada la sesión, los agentes quisieron acceder a la sala y se encontraron con el «filtro» del Jefe de la Policía, que al igual que ocurrió el mes pasado, dispuso un dispositivo de control en la puerta para que un efectivo acompañara y acomodara al público que fuera llegando, en este caso sus propios compañeros. Por estos hechos, el sindicato CC OO pidió expedientar al intendente al entender que estaba fuera de lugar porque las sesiones son públicas. Pero ayer, el «filtro» dispuesto a la entrada de la sala se rompió cuando el concejal de APTCe Domingo Soler se levantó de su asiento en mitad de la sesión y abrió de par en par la puerta de la sala para que todos pudieran entrar libremente. Y eso hicieron los policías, entrar todos a la vez, mientras el regidor reprimía a Soler por haberse levantado «sin permiso».

Durante el turno de preguntas, un agente se dirigió a la edil de Seguridad, Agustina Esteve, para trasladarle las demandas de los agentes, manifestarle prácticas irregulares o tratos de favor hacia algunos policías, pero la concejala no contestó. El regidor le invitó a facilitarle sus datos personales para poder remitirle esas respuestas por escrito.