Recuperar las variedades de tomates tradicionales de la Vega Baja mejorando su resistencia genética y conservando el auténtico sabor de antaño. La Escuela Politécnica Superior de Orihuela (EPSO) de la Universidad Miguel Hernández (UMH) organizó ayer una cata de variedades híbridas de este fruto para medir el grado de aceptación de sus distintos atributos entre los consumidores y seleccionar cuál es el tipo más interesante para volver a ser replantado en este área geográfica.

La actividad estuvo organizada por el profesor de Genética y Mejora Vegetal, Santiago García, y las profesoras de Economía Agroambiental, Marga Brugaroles y Laura Martínez Carrasco, y se realizó con un muestreo de cerca de 70 personas. La investigación comenzó en 1998 tras constatar que los agricultores de la zona habían dejado de plantar variedades tradicionales porque la incidencia de ciertos virus, especialmente los conocidos como «mosaico», «la cuchara» o el «bronceado» afectaban tanto a las cosechas que dejaba de ser rentable su cultivo. Los agricultores comenzaron a decantarse por semillas de variedades híbridas más comerciales porque ofrecían una mayor resistencia a la virosis. Entonces, los investigadores de la UMH se fijaron el objetivo de mejorar los tomates tradicionales, principalmente los de los tipos «muchamiel» y «de la pera», las dos más arraigadas en la provincia, para volver a hacer rentable su cultivo. Para ello introdujeron en estas variedades genes resistentes a estos virus procedentes de tomates silvestres, según explica el profesor García. Y eso fue precisamente lo que se presentó ayer a los posibles consumidores, cinco líneas de tomates para que valorasen si el producto había perdido cualidades de sabor tras haber modificado su genética.

Ensayo

La profesora Brugaroles explicó que a partir de los datos recopilados se realizará un ensayo de comercialización para medir el grado de aceptación de estos tomates entre los consumidores. Las investigaciones han sido financiadas por el Ministerio de Ciencia y Tecnología y por la empresa Cenalco, que ha plantado en sus tierras estos tipos de tomate en fase experimental. El objetivo final pasa por firmar un convenio con alguna expresa del sector interesada en explotar estas variedades, algo que traería ingresos a la UMH para potenciar nuevas investigaciones.