Con varios años de experiencia en el diseño y construcción de yate, la crisis económica les obligó a reconvertir su negocio diversificando la oferta. Alejandro Pérez explica que estos momentos se fabrican muy pocos yates y los que se venden son del exterior. «Estudiamos el mercado, qué es lo que no caía y vimos que lo que sube año tras año es el turismo hotelero». Y entonces pensaron en volcar su experiencia en la náutica, con la colaboración de un constructor. Como resultado la espectacular casa flotante que se puede observar en uno de los principales accesos a Marina Salinas desde esta semana. D.P.