La patrona está a salvo pero gracias al trabajo anual que hacen desde la archicofradía de Nuestra Señora de Monserrate para proteger la imagen y el santuario donde reside que está a punto de ser declarado Bien de Interés Cultural. Con la llegada de la primavera y cuando faltan unas semanas para la Semana Santa -momento en el que el templo acoge los pasos y tronos de las cofradías-, el santuario se somete a un intenso proceso de protección contra las termitas, la principal amenaza de una construcción que no solo contiene numerosas piezas de madera sino que su estructura es de ese material.
Hace unos años, la iglesia sufrió un fuerte ataque de termitas en el que se vio afectado sobre todo el ala oeste del templo donde se ubican varios altares. Pero sin duda la zona más afectada fue la puerta principal que tuvo que ser renovada porque quedó inservible. Fue a partir de ese momento cuando la archicofradía se dio cuenta de la gravedad de este asunto y gracias a una subvención de la Generalitat Valenciana llevó a cabo una actuación para prevenir y proteger el templo de la invasión de las termitas. Esta acción permite que, cada año, el santuario pueda ser protegido de este insecto gracias a la inyección de insecticida que protege todo el perímetro del templo para que este insecto no se acerque al lugar a alimentarse de la celulosa que contienen las piezas de madera o los documentos que conforman el archivo.
Agujeros
El proyecto consistió en la perforación de numerosos agujeros alrededor de todo el santuario que permanecen tapados pero sirven para que, una vez al año, sea inyectado el insecticida contra las termitas y así proteger todo el templo de la invasión de este insecto. El ingeniero agrónomo encargado de este trabajo, Daniel Carné, explica que este insecto está muy extendido por toda la Comunidad Valenciana y son numerosos los termiteros que hay en todo el territorio. En este sentido, considera imposible determinar los termiteros de donde salen las termitas que afectan al santuario de la patrona porque «pueden estar a cien o doscientos metros», señala. De esta forma, opina que la mejor forma de proteger el templo es «crear una película protectora con insecticida para que cuando las termitas vengan alimentarse, éstas no puedan entrar». Está película se crea gracias a la inyección a presión de el insecticida en todos los agujeros que rodean al templo «lo que crea bolsas de insecticida que se unen entre sí».
Estas perforaciones también se han realizado en construcciones como la sacristía o el altar mayor para protegerlas porque ya se vieron afectadas por este insecto ya que, como aclara Francisco Serna,vicepresidente de la archicofradía, «el problema de estos insectos es que se van comiendo la base y cualquier día una estructura puede venirse abajo como el camarín de la Virgen de Monserrate que es de madera». Asimismo, y como comenta Carné, en la protección de las termitas también cubren, como si de barniz se tratase, las piezas de madera que están afectadas «y para terminar espolvoreamos insecticida por todo el perímetro».
Cierre
Aunque los productos que se utilizan no son tóxicos y por lo tanto no pueden afectar a las personas, por seguridad, la archicofradía mantendrá el templo cerrado hasta mañana «y abriremos todas las puertas para ventilar bien el santuario antes de volver a recibir visitas superando el tiempo que establece la ley de 24 horas tras la protección con insecticida». Esta actuación que la archicofradía lleva a cabo una vez al año gracias a la subvención que recibe del Ayuntamiento tiene un coste de 2.000 euros pero permite proteger una de las piezas claves del patrimonio local. Sin embargo, la protección no se ciñe únicamente a esta actuación ya que, como aclara Carné, «nosotros venimos periódicamente a inspeccionar la iglesia y comprobar que todo está en perfectas condiciones.
