Muy pronto, quizás antes del verano, la empresa salinera obtendrá algo más que sal de la explotación industrial. También logrará rentabilidad turística de la curiosidad que genera la producción de esas enormes montañas de sal que marcan el paisaje de la ciudad y por las que se preguntan miles de turistas residenciales. El primer paso real de la Nueva Compañía Arrendataria de las Salinas de Torrevieja (NCAST) para abrir sus instalaciones a las visitas turísticas ha sido el arrendamiento al Ayuntamiento del Centro de Interpretación de la Industria Salinera «Laguna Rosa», ahora cerrado por falta de personal. La junta de gobierno celebrada ayer aprobó ayer que alquilará a la salinera estas instalaciones, ubicadas en una antigua cochera del ferrocarril reformada en el barrio del Acequión, por un plazo inicial de cuatro años y por un precio mensual de 1.198 euros + IVA. De esta forma se convertirá en el Centro de Recepción de visitantes a las salinas y en el punto de finalización de las visitas turísticas. El alcalde Eduardo Dolón (PP) anunció ayer que a día de hoy «solamente falta la autorización medioambiental por parte de la Generalitat» para que la empresa salinera ponga en marcha el futuro centro de recepción de visitantes y comience a ofertar visitas a la explotación.

Una vez cedido este edificio se llevarán a cabo trabajos de actualización de los contenidos audiovisuales y la readaptación museográfica. Aunque la nota de prensa municipal no lo recoge, la empresa pondrá en marcha además una tienda de souvenirs con artesanía salinera y probablemente productos salineros y cobrará por llevar a cabo las visitas, aunque a precios ajustados. Se prevén dos fases para llevar a cabo estos itinerarios -un empeño que el equipo de gobierno persigue desde que comenzó este mandato-. Una primera en la que se contemplan visitas a las instalaciones y una segunda en la que se realizaría un itinerario guiado recorriendo la laguna para conocer la extracción de la sal. El acuerdo para convertir las salinas en una nueva oferta turística local se anunció en noviembre de 2012 y está firmado por la empresa, la Generalitat y el Ayuntamiento. El acuerdo contemplaba la restauración de tres edificios históricos, entre otras actuaciones y de las que ayer no se informó.