Neumáticos, sanitarios, colchones, muebles, piezas de vehículos, electrodomésticos desvencijados y escombros, en definitiva, toneladas de basura... todo acumulado sobre una plaza pública cuya conservación no ha sido asumida por el Ayuntamiento porque el urbanizador no ha terminado -y va para más de una década- de ejecutar los espacios públicos. Este llamativo amontonamiento de residuos inertes y enseres se produce en espacio público señalado en el callejero de Torrevieja como Plaza Lobos. Está situada en la Avenida de Tenerife -jalonada por los residenciales Altos del Sol y El Molino-, a escasos metros del Instituto Número 4, y lo que aporta mayor contraste a la imagen, con vistas al mar y justo frente a una de las nuevas y escasas urbanizaciones residenciales -modelo minimalista- que se han podido comercializar en la ciudad en tiempos de crisis y habitada en parte por nuevos vecinos rusos. El edil de Urbanismo Francisco Moreno explicó ayer que el Ayuntamiento ha iniciado un procedimiento para ejecutar los avales que en su día aportó la empresa urbanizadora, Corpic, que superan los 150.000 euros y que permitan subsanar esas deficiencias. Por su parte, la mercantil ha presentado -ahora- su propio proyecto para terminarlas.

Ejecutar los avales

«En caso de que no las realice el Ayuntamiento ejecutará el aval, para hacer las obras y después asumir todas las zonas verdes», agregó a este diario el edil. Moreno anticipó además una actuación de choque municipal en breve para realizar la limpieza y recordó que los infractores son los que realizan los vertidos y no el propietario del suelo, en este caso el municipio.

Por su parte, edil de Jardines Carmen Gómez reiteró también que la urbanización no está recepcionada. No obstante, el municipio actuó hace unos meses para retirar varios camiones con escombros de la zona. También de forma puntual y para garantizar la seguridad vial los operarios de la contrata municipal podan los árboles y vegetación situados en la mediana de la Avenida de Tenerife. Gómez recordó que el Ayuntamiento cuenta con un servicio bajo demanda para la retirada de enseres que realiza la empresa concesionaria de las basuras. Por eso sospecha que se trata de vecinos de otros municipios que visitan la zona los fines de semana los que realizan los aboques en una zona poco transitada. Los escombros son, en la mayoría de los casos producto de obras sin autorización. Y es que los caminos de la legislación urbanística son inescrutables. Aunque el urbanizador no equipó los espacios públicos, aceras y zonas verdes como disponía el proyecto y las que sí realizó están semiabandonadas, y por eso el Ayuntamiento no las conserva, sí pudo, legalmente, comercializar las parcelas urbanas hace más de una década, y en las que ahora viven cientos vecinos porque disponían de viales, enganche de agua y suministro eléctrico. La tramitación de la conclusión de las obras coincide con el tímido interés de algunas promotoras por levantar viviendas en las suelos urbanos que restan en este «sector 14».