En Orihuela ayer se podían contar hasta tres mercados. El habitual de los sábados ubicado en Los Andenes, el ecológico situado desde hace unas semanas en la calle Mayor y la segunda edición de lo que el edil Manuel Gallud (LV) ha denominado «Feria de la Creatividad» pero que es un mercadillo donde artesanos de la localidad venden sus productos «pero también exhiben como se elaboran», aclaró el ecologista. Teniendo en cuenta que el casco urbano ya contaba con el mercado de los martes -situado actualmente en el recinto de los Huertos- así como el de los viernes en el Paseo y el que puso en marcha la Concejalía de Cultura en la calle de Arriba para revitalizarla (Mercadearte), a Orihuela no paran de crecerle mercados.

A simple vista esto no sería un problema porque se han concebido como un motor económico de la ciudad pero en el momento en el que Gallud anunció cambios en la ubicación de los zocos tradicionales de martes y sábado, todo son inconvenientes y quejas de vecinos, vendedores ambulantes y comerciantes, quienes no están de acuerdo con los traslados y sobre todo con las diferencias que existen entre unos mercados y otros ya que la empresa que instala el ecológico cobra de las arcas municipales 17.000 euros y tanto Mercadearte como la «Feria de la Creatividad» no pagan impuestos de ocupación de vía pública como sí hacen el resto de mercaderes de la ciudad.

Traslados

Los traslados de mercados llevan de cabeza a más de uno. Aunque le ha llevado meses, el ecologista tomó una decisión que hizo pública el pasado miércoles y anunció que el zoco de los martes se iba al barrio de Las Monserratinas, el de los sábados al Puente Nuevo y el de los jueves de Campoamor cambiaba de la calle Fuego a la Adelfas para evitar que la microrreserva de la Glea se contaminara con la basura del zoco. Todas las protestas y anuncios de cambios parecían haber acabado pero no ha sido así sobre todo porque, como protestaron ayer miembros de la Asociación de Vendedores Ambulantes Intercomarcal de Orihuela, «Gallud dijo que había llegado a un consenso con los vendedores y eso es mentira».

Los mercaderes, que están seguros de que el edil tenía claro donde iba a llevarse los mercados antes de conocer la opinión de todos los agentes implicados, sospechan que los cambios «se deben a intereses económicos y lo vamos a demostrar». En el caso de los vendedores de los sábados, ellos consideran que «no estorban en Los Andenes» y que pese a eso, cedieron y propusieron llevar el zoco a la avenida de la Vega «pero tampoco nos hizo caso». En este sentido reprochan al concejal que su cambio de ubicación se realiza en parte por dejar libre al tráfico la avenida Duque de Tamames y «ahora quiere poner allí los martes el mercado». Los vendedores se quejan de que la nueva ubicación (Puente Nuevo) no es la idónea porque muchos puestos no caben y no les parece justo que algunos tengan que ir a parar a la calle Mayor «porque allí no entra nadie». De esta forma, anuncian protestas y una asamblea para determinar que actividades van a llevar a cabo que al parecer tienen que celebrar en el auditorio de Cox «porque Gallud se ha negado a dejarnos La Lonja».

Mientras los vendedores de sábado critican, en Las Monserratinas se está creando una plataforma en contra del traslado del mercado de los martes porque, según indican los vecinos, «el concejal no ha pulsado nuestra opinión». Por otra parte los vendedores de Campoamor también protestan por el traslado y las asociaciones de comerciantes se remueven ante las decisiones del edil. Pese a que está la ciudad patas arriba, no paran de surgir nuevos mercados.