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Orihuela

El picudo invade el Palmeral

Un experto critica que decenas de ejemplares se marchitan porque el parásito se cría en sus ramas

En un paseo por el Palmeral, el segundo más importante de Europa y declarado Bien de Interés Cultural, se puede comprobar como muchas de sus palmeras se marchitan poco a poco y esta situación solo responde a una razón: que están parasitadas por el picudo rojo.

Este insecto campa a sus anchas por este enclave natural y no para de reproducirse alimentándose de las palmeras a las que accede por la balona o cabeza, las raíces aéreas «y hasta por el tronco», critica Emeterio Navarro, un vecino de San Antón, experto en este enclave y exasesor del Ayuntamiento de Orihuela. Son muchas las plantas que han perdido su fuerza y cuyas ramas ya se desprenden fácilmente de la planta porque en su interior se están criando las larvas del picudo rojo «que se van comiendo hasta que acaba con ésta, porque la palmera es su principal alimento».

Es bien conocido que los palmerales necesitan un cuidado especial debido precisamente a la amenaza que presenta este parásito que solo es fácil de detectar cuando la palmera ya sufre las consecuencias de su presencia. En este sentido Navarro critica que en el Palmeral de Orihuela «no se han tomado medidas a tiempo. Hemos tenido un invierno muy cálido y el picudo no para de criar».

A pesar de que faltan unas semanas para la primavera, el picudo ya ha invadido este enclave natural. De hecho, personal de los centros escolares ubicados en la zona aseguraron que habían visto a este insecto en las palmeras del centro y Navarro comenta que esto se debe «a que desde la Concejalía de Medio Ambiente no se ha hecho nada para poner remedio a esta situación». En este sentido explica que teniendo en cuenta de que el invierno ha sido muy cálido y corto así como que la primavera está a punto de llegar «se deberían haber puesto medidas para que las palmeras no sufran las consecuencias de la invasión del picudo que ya ha llegado a la zona antes de que sean taladas como ha ocurrido en la Plaza Nueva».

El vecino de San Antón no es partidario de que se fumigue «solo cuando la palmera no tiene remedio» por lo que propone al Ayuntamiento que contrate personal y lo forme «para que vigile las palmeras que son nuestro patrimonio». El experto en el enclave asegura que la fumigación «no es la solución y menos en primavera», critica mientras que recuerda que el pasado año con este método se perdieron muchas abejas indispensables para la polinización así como aves de la zona ya que muchos ejemplares aparecieron muertos». Por esta razón considera que es necesario apostar «por medidas menos agresivas y que el Consistorio elabore un pliego de condiciones para adjudicar el mantenimiento del Palmeral dejando de tener en cuenta el número de palmeras e intentando que la protección sea perenne».

Navarro manifiesta que el Ayuntamiento normalmente hace contratos con empresas «donde pone que poden o fumiguen un número determinado de palmeras mientras que otras se quedan sin cuidados sobre todo el margen derecho -el lado opuesto al barrio de San Antón- que está totalmente descuidado». De esta forma exige a Medio Ambiente que «se preocupe por este enclave natural que tiene olvidado» y pide que se dejen de podar pronto las palmeras «porque cuando se cortan se crean heridas y el picudo, que ya está en el Palmeral, tiene más fácil su entrada a las plantas.

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