Una delegación de la Dirección Territorial de Cultura visitó hace unos días Callosa de Segura para seguir de cerca el trabajo que se viene desarrollando para conseguir que se reconozca el interés etnológico de la actividad relacionada con el cáñamo y que el Consell lo declare Bien de Interés Cultural, un paso fundamental para garantizar su protección que está apoyado por la Universidad Miguel Hernández y la Universidad de Alicante, según destaca la edil de Cultura que trabaja en este proceso, Almudena Guilló. El objetivo final es poder engrandecer las rutas para dar a conocer la historia de este proceso a través de una visita que comienza en la huerta para mostrar la producción y las tradicionales balsas en las que se introducían las fibras, que sigue en algunos de los viejos obradores emplazados en las casas particulares y que finaliza en las fábricas en las que se hilaba el cáñamo como ejemplo de arquitectura industrial de esta zona.