La comarca de la Vega Baja perdió el pasado sábado a uno de sus personajes más célebres e internacionales, el escultor albaterense Valentín García Quinto, quien ha aportado numerosas obras a la Semana Santa de muchos municipios de la provincia e incluso de la región de Murcia o Almería. El artista falleció el pasado sábado a los 87 años de edad pero fue ayer cuando no solo Albatera, su localidad natal y de la que es Hijo Predilecto desde 1996, sino muchos cofrades de las cofradías y hermandades de la provincia quisieron estar presentes en su funeral, que se ofició a las cuatro de la tarde en la iglesia parroquial albaterense.

García Quinto nació en 1926 y desde muy niño mostró su inclinación hacia la escultura. Cuando tenía 16 años, se trasladó Barcelona donde se matriculó en la Escuela de Artes y Oficios de la ciudad para estudiar escultura. Fue en la ciudad condal donde hizo sus primeros trabajos pero pronto se trasladó a Madrid donde amplió sus estudios y colaboró en la realización de las esculturas del retablo mayor del templo de San Isidro. En muchas de su biografías, cuentan que debido a la influencia del Padre Mojica, se marchó a Perú donde creó muchas esculturas pero en 1969 regresó a su pueblo natal para quedarse, pero no falto de trabajo ya que tuvo numerosos encargos y los puso en marcha con la colaboración de su hermano Domingo, también escultor, una vocación que también transmitió a su hijo Domingo (sobrino de Valentín), quien ahora continúa la tradición escultórica familiar además de la elaboración de tronos procesionales.

Las obras, fundamentalmente de inspiración religiosa, llenan ermitas e iglesias pero también son una parte importante de la Semana Santa de localidades como la propia Albatera, Elche, Aspe u Orihuela. De hecho, de esos municipios mostraron su dolor por la pérdida de García Quinto personas como los expresidentes de la Junta Mayor de Cofradías aspense y oriolana, Antonio Soler y Eduardo Ferrández. Aún así, García Quinto tiene esculturas repartidas por todo el mundo.