El Ayuntamiento de Daya Vieja y el Consell han dado luz verde recientemente a la construcción de un complejo residencial, formado por cerca de 600 casas unifamiliares, que estan dirigidas mayoritariamente a inversores rusos y de centroeuropa interesados en adquirir propiedades de primera y segunda residencia cerca del mar. La macrourbanización está previsto que comience a levantarse durante el próximo año y multiplicará la población actual, que es actualmente de 800 vecinos, lo que sitúa a Daya Vieja como el municipio más pequeño de la Vega Baja. El multiplicador por cada una de esas 600 viviendas es tres personas, con lo cual Daya Vieja pasaría de 800 vecinos a 2.600.
Para comenzar a construir esta nueva área residencial en el menor tiempo posible, la Administración local deberá de tener antes aprobado de forma definitiva su nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), un documento que se empezó a redactar en 2006 pero que hasta hace poco estaba más bien parado debido a la crisis. Ahora, la Administración local se ha propuesto acelerar todo lo posible su finalización, que debe recibir el visto bueno de la Generalitat, debido a que dos grandes empresas de la construcción han manifestado su pretensión de invertir hasta 25 millones de euros para empezar a levantar esta serie de viviendas cuanto antes.
Con el objetivo de dar las últimas puntadas al nuevo PGOU, hace pocos días se celebró una reunión en la que participó el alcalde de Daya Vieja, Rafael Vives, el director general de Evaluación Ambiental y Territorial de la Generalitat, Juan Giner, y técnicos en la Conselleria de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente. Asimismo, asistió tanto el gerente de TM Grupo Inmobiliario, Abel García, como Cristian Barreiro, representante de Rubasa (empresa ilicitana filial de un grupo inversor Suizo), que son las dos mercantiles que quieren construir la nueva urbanización.
Ambiental
El primer edil explicó que el nuevo planeamiento urbanístico de la localidad está terminado a falta del documento de Evaluación Ambiental que debe de aprobar el Consell y que se estima que estará terminado en un plazo de entre 6 y 12 meses, un periodo de tiempo que valoran «de manera positiva» los representantes de ambas empresas presentes en la reunión.
Asimismo, detalló que el nuevo residencial está proyectado en los sectores 5 y 6 del PGOU, un área que comprende una superficie de cerca de 120.000 metros cuadros. Especificó que el nuevo plan general no se ha modificado para dar cabida a este proyecto, sino que la urbanización se integra dentro de los sectores que ya estaban delimitados como urbanizables desde un principio.
El regidor descartó que junto a este nuevo área residencial esté proyectada la construcción de alguna gran superficie comercial, aunque admitió que en el nuevo PGOU se reserva espacio para la posible implantación de este tipo de actividad, que daría respuesta a las necesidades de los nuevos vecinos. La puesta en marcha de este ambicioso proyecto podría suponer un importante balón de oxígeno para los cientos de parados del sector de la construcción que residen en la Vega Baja y que quedaron desempleados con el pinchazo de la burbuja inmobiliaria. La construcción de esta nueva zona de expansión que multiplicará los residentes del municipio se desarrollará en varias fases aunque está previsto que se finalice en un periodo de tres años a contar desde que se ponga la primera piedra.
Rafael Vives valoró que será un proyecto positivo porque generará decenas de puestos de trabajo y traerá bienestar al municipio al tiempo que destacó las buenas relaciones que existen entre los residentes europeos y los vecinos nacidos en Daya Vieja.
