La solución transitoria para dar salida a las basuras de la Vega Baja cerró ayer dos nuevos capítulos con la autorización de la llegada de residuos del Plan Zonal XVII (Vega Baja) a las plantas de Xixona y Villena incluidas en los consorcios de residuos de las zonas XIV y XIII, respectivamente. De las 270.000 toneladas de residuos que se generan al año en toda la Vega Baja, 70.000 irán a la planta de Piedra Negra en Xixona y 60.000 al vertedero de Villena. En total 130.000 toneladas anuales previstas para dos años, el tiempo estimado para lo que se ha llamado solución transitoria, hasta que esté disponible la planta de Albatera.

La autorización de sendas recepciones de desechos estaba más que asegurada por parte de los consorcios, ya que el 40% de los votos corresponde a la Diputación y la Generalitat y el 60% restante a los municipios incluidos en cada consorcio. Cada localidad cuenta con un número de votos ponderado en función de sus habitantes. Con esta ecuación y contando con que en la mayoría de los municipios gobierna el PP, poco margen de maniobra quedaba a la oposición. Aun así los alcaldes de Xixona y Villena expresaron su desacuerdo con esta decisión. El primer edil xixonenc, Ferran Verdú, ya anunció el pasado martes su intención de impugnar la sesión en la que se autorizó la recepción de basuras. Una impugnación que finalmente no fue valorada por el secretario. El alcalde arremetió contra la presidenta del Consorcio, Luisa Pastor, a quien le exigió conocer los informes técnicos que avalan la llegada de basuras a Piedra Negra.

«La presidenta de la Diputación aparte de no solucionar el problema, se convierte en cómplice de las políticas nefastas de la Generalitat porque la solución no la puede dar el Consorcio de Basuras de la zona XIV sino que la tiene que dar la Generalitat», criticó Verdú. Con esta aprobación, la zona XVII tiene luz verde para dar salida cuando lo estime necesario a sus residuos. Así lo indicó ayer el vicepresidente del Consorcio de Basuras de la zona XIV, Javier Sendra.

El Consorcio de la Vega Baja ya anunció en abril la necesidad de buscar salida a sus residuos, una urgencia que se agudizó la semana pasada tras conocerse que la planta de Crevillent no dispone de capacidad para seguir asumiendo las desechos de esta zona. «Esta situación ha forzado a tomar decisiones de urgencia. Las basuras de la Vega Baja se repartirán entre Villena, Xixona, Alicante -que ya ha autorizado-, Crevillent, Elche y un vertedero de Murcia que está pendiente de aprobación», explicaba ayer Sendra. Por las aportaciones, el Consistorio de Xixona recibe cada año una cantidad económica en función de las toneladas vertidas. La gestión de cada tonelada que entra cuesta sobre 50 euros, según el Consorcio.

Por su parte, el alcalde de Villena, Javier Esquembre, también se opone a la medida y adelantó que el Consistorio adoptará las medidas legales que considere contra esta decisión «por los daños medioambientales que suponga para la ciudad y porque creemos que es un agravio y una falta de respeto hacia la localidad». En el último año, la planta de Villena, gestionada por Vaersa, ha recibido 65.000 toneladas de basura de poblaciones que se incluyen en el plan zonal 13 y al gobierno local le preocupa que se incrementen las basuras el doble de lo que actualmente se depositan en la población, lo que aumentará los problemas de olores, según el alcalde de Villena.