El estado ruinoso de las viviendas en la orilla de la playa de Babilonia, en Guardamar del Segura, sigue copando la mirada ingenua de los turistas en una imagen que se repite de año a año, pero cada vez más degradada a medida que los temporales han ido actuando contra las edificaciones construidas. La actual Ley de Costas no permite a sus propietarios reforma alguna en lo que se refiere a la estructura, sólo pequeños retoques en el interior. Por ese motivo hay quien ya lo ha perdido todo.

Las viviendas se construyeron a principios del siglo pasado. Levantaron sus pilares bajo una concesión administrativa que en el mejor de los casos finaliza en 2018. En un principio, todos los inmuebles del litoral guardamarenco afectados por la estricta ley deben ser derruidos, pero los más optimistas están a la espera de una reforma del Gobierno central que podría concederles otros 75 años más, aunque nadie cree que sea posible.

En estos momentos, y a falta de pocos años para que se finiquiten todas las concesiones, hacer una inversión millonaria en estas casas sería una osadía, y además no se podría al estar sancionado. Costas no les permite ni arreglar ni restaurar las zonas dañadas de sus hogares, tan solo ver cómo todo se echa a perder. Los viandantes se pueden encontrar fácilmente escombros esparcidos a pie de playa. Dicen que la Ley de Costas ha creado una situación disparatada, pues ni ellos ni la administración local pueden actuar sobre estos inmuebles casi derruidos y que son un auténtico peligro para cualquiera que se acerque por allí.

Desde el Ayuntamiento, en colaboración con la Asociación de Afectados por la Ley de Costas, proponen medidas para voltear esta situación que daña la imagen de una localidad costera turística y que, al mismo tiempo, desquicia a los propietarios que ven cómo sus viviendas de playa se caen en pedazos sin poder remediarlo.

Esta legislación no sólo afecta a los propietarios de concesiones en primera línea, también hay 200 familias del municipio que están pendientes del deslinde recientemente aprobado y que ha dejado sus casas dentro del límite marítimo terrestre; es decir, afectadas por la Ley de Costas que limita sus derechos a medio y largo plazo.

Aunar fuerzas

En cualquier caso, la postura del Ayuntamiento es clara en este sentido. Desde hace años se está trabajando para darle un giro a la situación. PSOE y PP han mantenido diversas reuniones para aunar fuerzas y apoyos suficientes en otras administraciones públicas con el fin de respetar estas propiedades.

Mientras, la resignación provoca una imagen sorprendente donde los andamios, bloques de piedra y casas medio derruidas llaman la atención de quienes pasean por esa playa. Se podría hablar de una ciudad perdida del pasado, pero nos encontramos en Guardamar del Segura, un municipio que cada año recorre medio planeta para promocionar su marca turística de sol y playa.

Y toda esta situación se mantendrá un año más. Ahora con las vacaciones de Semana Santa a la vuelta de la esquina, que traerá miles de turistas a esta localidad costera en busca, principalmente, de sol y playa. Mientras, el Ayuntamiento se limita a vigilar la seguridad de la zona, pero la imagen que se ofrece en esta zona está lejos de cualquier sello de calidad turística.