A modo de matrimonio mal avenido, o matrimonio de conveniencia (porque no es que se quieran pero están condenados a entenderse), Los Verdes, PSOE y CLr llegaron ayer al acuerdo de seguir juntos en forma de tripartito hasta las próximas elecciones municipales, en 2015. El PSOE abandonó así su amenaza de marcharse en bloque y dejar a los ecologistas y los liberales solos en el poder, y las duras críticas lanzadas en los últimos días contra el alcalde se dejaron apartadas aunque no se puedan borrar de las hemerotecas. Los doce concejales más dos no electos que forman el equipo de gobierno se reunieron ayer a mediodía para buscar un punto intermedio entre las exigencias del PSOE (que quedaron plasmadas en una amenaza de renuncia pasada por registro el día 21), las de Los Verdes (que el alcalde envió por escrito a todos los concejales el martes por la tarde) y las que plantee CLr (que quiere libertad para cesar a su concejal no electo, Pablo Vidal, o para redistribuir competencias entre sus miembros).

Del acuerdo solo se hizo público oficialmente que cada uno de los tres partidos "designará a dos miembros para formar una comisión que redacte un compromiso que contenga aspectos propuestos por los tres grupos que no han sido desarrollados desde el inicio del mandato y que han podido ocasionar conflictos en el seno del equipo de gobierno". Esas dos personas podrán incluso no ser concejales, según fuentes consultadas ayer por este diario, y cada partido nombrará a sus representantes en los próximos días.

El pacto se fundamentará en que los tres grupos se comprometan a seguir unidos hasta 2015, pues esa fue una de las condiciones que impuso el grupo socialista al entender que el alcalde tenía "una estrategia" para agotar a sus socios de gobiernos ("reventarlos", llegó a decir la portavoz Antonia Moreno) y marcharse en unos meses del gobierno con un discurso victimista. Hay muchas cuestiones a tratar, entre ellas está crear un programa de gobierno conjunto para los tres años que quedan de mandato, pero también aspectos más polémicos como hacer desaparecer la Concejalía de Contratación (que ahora ostenta Asun Mayoral, de CLr) para que cada edil pueda impulsar y tramitar sus propios contratos.

Otro asunto sobre la mesa es que cada grupo tenga libertad para dirimir sus conflictos internos, algo que se aplica directamente a CLr porque padece una ruptura manifiesta entre Pedro Mancebo y Juan Ignacio López-Bas por un lado y Asun Mayoral y Pablo Vidal por el otro. Mancebo ya ha pedido al alcalde que aparte a la primera de sus áreas de responsabilidad y que eche al segundo (permitiendo nombrar a un nuevo concejal no electo, alguien que debe estar en la lista con la que CLr concurrió a las elecciones). Hasta ahora Guillén se había negado a ejecutar esas órdenes aduciendo que no estaban debidamente justificadas, pero con este acuerdo lo más previsible es que deje vía libre a cada portavoz para hacer y deshacer en el seno de su partido.