Sobre las tres de la tarde han salido en libertad con cargos los vendedores ambulantes detenidos por la Guardia Civil ayer por la mañana, que era lo que reclamaban los más de 200 compatriotas que esperaban en la calle. Están acusados de atentado contra la autoridad. A su salida se han producido momentos de tensión y la Guardia Civil ha amagado con realizar una carga con material antidisturbios. Después se ha disuelto la protesta

Nueve horas de altercados ayer

Los vendedores de origen senegalés del top manta mantuvieron ayer en jaque todo el día a las Fuerzas de Seguridad. Llovía sobre mojado. El conflicto que quedó latente con los primeros enfrentamientos el 30 de mayo, a raíz del aumento del control de la venta ilegal, volvió a manifestarse ayer. La presión que la Policía y la Guardia Civil viene ejerciendo en la céntrica zona del Paseo Marítimo de Juan Aparicio, impidiendo este tipo de venta, se volvió a escenificar tras la detención de tres "sin papeles" y el decomiso de mercancía ilegal, se erigió en detonante de unos disturbios que terminarían pasadas las nueve de la noche, nueve horas después, con uno de los arrestados atendido en el Hospital con una herida en la cabeza.

Ya hacia el mediodía compañeros de los detenidos concentrados en la zona para exigir su liberación, en torno a 50, habían cortado los accesos al Paseo de la Libertad como protesta. Testigos presenciales relatan que no hubo agresión a los agentes, pero arrojaron sillas y mesas de las terrazas ocupando el acceso a la calle Ramón y Cajal. Unos treinta guardias civiles, con material antidisturbios, se desplazaron al lugar, aunque poco después abandonarían la zona cuando un grupo de senegaleses consiguió contener los ánimos de los más exaltados deponiendo su actitud. Se dirigieron entonces, invadiendo la calzada, hacia los juzgados, no sin antes bloquear con sillas y mesas y golpear la salida de un vehículo de Canal Vega que recogía imágenes de los incidentes. Había pasado una hora.

Después trasladarían el escenario de su protesta a los aledaños de los juzgados y, durante toda la tarde, colapsaron la Avenida de las Habaneras con la calle Patricio Zammit, donde también se encuentra el cuartel de instituto armado. Más manifestantes se sumaron a la protesta impidiendo la entrada a la Estación de los Autobuses y cruzaron cinco contenedores a lo largo de la Avenida de Las Habaneras. Los antidisturbios se pertrecharon con escudos y cascos, durante horas intentaron evitar la intervención directa y lo consiguieron, pese a momentos de gran tensión, cuando algunos manifestantes blandieron botellas que rompieron contra la calzada e iniciaron algunas carreras. Poco a poco se fueron calmando los ánimos y la protesta se disolvió, no sin nuevos conatos de violencia, poco después de las 9 de la noche y sin cumplir el objetivo de la protesta, que era la liberación de los detenidos.