El lixiviado está formado por la mezcla de las aguas de lluvia infiltradas en el subsuelo y otros productos y compuestos procedentes de los procesos de degradación de las propias las basuras depositadas en el vertedero. La cantidad de generada de este residuo, de color negro e intenso, depende en gran medida de las precipitaciones que se generen en el vertedero, la superficie expuesta al aire libre y de la cantidad de basura enterrada. Contiene materia orgánica, nitrógeno en forma de amonio, sales como cloruros y sulfatos y, en menor medida, metales pesados. Así hasta 200 compuestos diferentes. Conforme pasa el tiempo las sales y el amonio se concentran y es menos biodegradable.

Esta denuncia pública del pedáneo, que es el representante del alcalde Monserrate Guillén en La Murada, se suma a los numerosos problemas judiciales y administrativos que arrastran estas instalaciones. El vertedero de Proambiente, propiedad del empresario Ángel Fenoll, principal imputado en la causa Brugal, puede asumir unas 400 toneladas de basura a diario -entre ellas las que se recogen en Orihuela y Torrevieja a diario, ciudades que están entre las seis más pobladas de la Comunidad-. Con el cierre cautelar del único vaso de vertido que tenía autorizado, debe derivar a Lorca y Cartagena en torno al 10%. Unas 40 toneladas que no puede reciclar.

La mercantil ha presentado ahora un proyecto de licencia ambiental que resuelva el expediente abierto por la Región de Murcia a instancias de una denuncia de Ecologistas en Acción que relataba numerosas deficiencias en el interior de la planta. El vertedero cuenta con dos vasos de vertido cerrados al haber sobrepasado su capacidad, un tercero pendiente de autorización para su ampliación y un cuarto y quinto también disponibles para el mismo uso. Los informes de los funcionarios indican que supuestamente la empresa ha utilizado cada uno de estos espacios para realizar vertidos no autorizados.