No dejar ni rastro de los ejecutivos y facultativos que pusieron en marcha el Hospital de Torrevieja en 2006 le ha salido caro a la concesionaria privada del centro hospitalario. El consorcio que dirige este departamento de salud público ha tenido que afrontar un desembolso de más de un millón largo de euros en poco más de ocho meses y en concepto de indemnizaciones para desprenderse de buena parte de la cúpula directiva y de la dirección médica, además de cargos intermedios. En total, sumando ceses, excedencias y dimisiones han dejado el Hospital Comarcal desde principios de año 26 profesionales. En algunos casos, las vacantes han sido ocupadas por otro profesional en exclusividad, pero en otros, con responsabilidad compartida al 50% con el Hospital del Vinalopó en Elche -aunque físicamente realizan sus funciones en la ciudad ilicitana y no en Torrevieja-. Los cambios sólo han afectado a una mínima parte de la plantilla, aunque era la que mayor responsabilidad ejercía. En el departamento trabajan más de 1.200 personas entre el Hospital y los centros de salud.

La estrategia de sustitución de los principales cargos vino propiciada por la nueva situación accionarial en la concesión, en la que Ribera Salud (Bankia-antigua Bancaja y CAM), con las acciones del empresario alicantino Enrique Ortiz, obtuvo una posición de control que le permite hacer cualquier cambio al margen del otro socio, Asisa. Los ceses se han tramitado, además, de forma automática por "causa improcedente". El primero de los despidos se produjo en febrero y el último tuvo lugar hace tan sólo unos días. Entre los que han "caído" se encuentran los directores de Recursos Humanos, Hospitalización, Enfermería, Sistemas de Información y Logística, además de los jefes de Compras, Admisión, Área de Desarrollo de Software, Factoría de Software, Unidad de Hospitalización Domiciliaria, Comunicación o Personal, además del director gerente, Luis Barcia, quien se marchó con un acuerdo pactado.

Una parte importante del personal del que ha prescindido el centro ha recibido la notificación del cese por parte de Alberto de Rosa, presidente de Ribera Salud. Incluso, en algunos casos, sin que el nuevo gerente o los directores de área tuvieran conocimiento de esa decisión. El dinero para afrontar esta situación, sobrevenida por este golpe de timón en la gerencia del centro, parte, en teoría, de los fondos con los que funciona la concesión y que en más de un 90% los recibe de la Generalitat.

Hasta el momento en el que se hizo patente la "pelea" empresarial por el control del centro - incluso con su reflejo en las escuchas del sumario de la operación Brugal y en las intervenía Ortiz-, el hospital se había presentado, entre 2006 y 2010, como un ejemplo muy eficaz de gestión privada de la sanidad pública en España y Europa. Una imagen torcida, en parte, además por las últimas denuncias de casos de supuesta negligencia médica.

Veinte habitaciones sin uso "de reserva" en la segunda planta

El ala este del segundo piso del Hospital de Torrevieja cuenta con aproximadamente 20 habitaciones sin uso para hospitalización e ingreso. No es algo nuevo. Ocurre, como ha podido comprobar este diario, desde que se puso en marcha el hospital en 2006. Pero esta situación se mantiene pese a que las lista de espera en especialidades -las que suelen derivar en un ingreso hospitalario- ya alcanzan los 90 días . Fuentes del centro sanitario aseguran que estas habitaciones están disponibles como recurso para cualquier coyuntura de presión asistencial extraordinaria.

Durante estos cinco años ni tan siquiera se han dotado los dos controles de enfermería con los que cuenta ese mismo pasillo, situado entre el área de Pediatría y de Rehabilitación. Una pequeña parte de las habitaciones se ha ido ocupando para un uso distinto al que fueron habilitadas: como alojamiento para los médicos de guardia, salas para residentes y otras dependencias, más o menos improvisadas.

Al final de este mismo pasillo se encuentran otras estancias, más amplias, pero también vacías. Unos 400 metros cuadrados de espacios diáfanos que iban a alojar, de forma provisional, el centro mundial de innovación tecnológica en sanidad de Microsoft. No hay ni rastro de ese proyecto en el hospital. La puerta de acceso está cerrada con candado. D. P