Las pedanías de Orihuela, los grandes feudos del poder del Partido Popular están en juego desde el pasado 11 de junio, cuando la nueva Corporación se cargó prácticamente de un plumazo a la mayoría de los que había nombrado durante la legislatura el PP y que, en cualquier caso, "controlan" movimientos vecinales. Ayer, en una iniciativa más de fondo político que de gestión, David Costa exigió al equipo de gobierno que cumpla su compromiso electoral y nombre de forma democrática a todos y antes de acabar el año. El edil popular cree que cualquier elección nominal les devolvería el poder que han perdido y en ello están.

El alcalde, Monserrate Guillén, quien la pasada legislatura se hartó de denunciar el hecho de que el PP, que entonces gobernaba, tenía paralizado el Reglamento de Participación Ciudadana, le dijo a Costa que ni él ni su partido va a marcar los tiempos, pero que esta norma básica de funcionamiento se aprobará cuanto antes "porque nosotros trabajamos y usted lo tuvo en un cajón desde mayo de 2010". Guillén fue más lejos porque dijo que el PP no debía tener claro cómo tenía que funcionar y que el Reglamento es algo más, es disponer de consejos locales, crear la figura del defensor del ciudadano o permitir su participación en los plenos. Para el alcalde todo eso no interesa al PP que, dijo, lo único que quiere es nombrar a sus afines para que "recauden los votos con una finalidad clara y aprovechándose", palabras que sacaron de sus casillas el popular José Manuel Cutillas y que el regidor no hizo ademán de retirar.