El Partido Popular (PP), a una orden de Mónica Lorente que se levantó de improviso en medio del salón de plenos, abandonó ayer la sesión ordinaria dejando al alcalde, Monserrate Guillén prácticamente con la palabra en la boca. Eran las ocho y cuarto de la tarde. Los populares adujeron minutos después para justificar su decisión el que están hartos de escuchar insultos por parte del público y que el alcalde no hace nada por cortarlos. "Ya esta bien", aseguraba ayer Lorente después de decirle al regidor y al resto de portavoces que no volvían al pleno, que siguieran sin ellos, "esto no se ha visto nunca en Orihuela. Si él (Monserrate Guillén) no sabe controlar el pleno es cosa suya, pero nosotros no lo vamos a consentir", dijo la portavoz del PP.

El desencadenante fueron las amenazas que profirió uno de los vecinos que asistía a la sesión desde la primera fila, a poco más de cinco metros de Lorente. El hecho de que el alcalde lo desalojara prácticamente al mismo tiempo que se marchaba el grupo municipal del Partido Popular no fue suficiente argumento para que se quedaran. ""Si es que te arrastro", "si es que te parto la boca" no podemos aguantar esto", aseguraba Pepa Ferrando (PP), que se está ganando en esta legislatura y a pulso ser el blanco de las críticas de todo el equipo de gobierno, algo que reconocen abiertamente todos los ediles. Según Lorente, a estos insultos, adjetivos despectivos y amenazas que ayer escucharon se suman otros que vienen escuchando, dice, desde la primera vez que se sentaron en la bancada de la oposición. De hecho, no es la primera vez que Guillén echa a alguien del público, pero para el PP ayer se llegó a un límite y Lorente puso una raya invisible que marcará las próximas sesiones.

La decisión de levantarse y marcharse pilló desprevenido al alcalde, que acababa de dar la palabra a la concejala Ana Mas. Guillén no se percató que desde ese instante la sesión plenaria carecía de sentido y que ésta hablaba al vacío porque nadie la escuchaba. Mientras tanto, el Partido Popular se marchaba al despacho que se le ha asignado en esta legislatura y el concejal David Costa, con gesto enfurecido, convocaba una rueda de Prensa. Sólo entonces el alcalde cortó la sesión, pidió un receso, y en compañía de Pedro Mancebo y Antonia Moreno se fue a buscar a Mónica Lorente. Ésta estaba fuera de sí, con el gesto torcido, pero accedió a reunirse con el regidor en un despacho del Ayuntamiento a sabiendas que el titular de prensa del día iba a ser el suyo y que, por una vez, no habría más ataques a su gestión. Visto que el PP no volvería a ocupar los bancos de la oposición, el alcalde regresó con los portavoces y acabaron la sesión en pocos minutos porque un pleno sin discusión, no es pleno.

Al concluir, rodeado de la práctica totalidad de los concejales del equipo de gobierno, algunos de ellos atónitos por lo que habían contemplado, el alcalde hizo una pequeña declaración poco conciliadora. "Consideramos que ha sido un espectáculo bochornoso -dijo el regidor-. Desde luego no se puede tolerar de ninguna manera que una persona del público amenace a alguien, sea o no concejal, y lo hemos echado de la sala. Pero dicho esto es una irresponsabilidad por parte del PP abandonar esta sala porque para eso no los han elegido los ciudadanos. Es algo que me recuerda a las prácticas de otro concejal hace un tiempo, que era el que dirigía la campaña al PP a las anteriores elecciones. Saben de quién hablo porque aparece en grabaciones de la Policía Judicial y es un hecho predeterminado para no asumir por la razón que sea las circunstancias que se exponían en este pleno".

Otra depuradora para frenar multas y que nadie sabe dónde se instalaría

Antes de que el PP abandonara la sesión, el equipo de gobierno aprobó una iniciativa para iniciar por vía de urgencia, los trámites para lograr que el Ministerio de Medio Ambiente construya una nueva depuradora en Orihuela porque la actual, de mediados de los 90, no es útil. De hecho, ayer el edil Manuel Culiáñez (LV) que presentó la iniciativa mostró una multa de 170.000 euros que "se ha encontrado" y que se le reclama por vertidos. El problema está, como admitió el edil, en que la actual está en un terreno ilegal; es decir, a menos de 2.000 metros del radio de las viviendas y que, consecuentemente, de hacerse no podrá ser allí porque no hay Gobierno que dé un euro para una obra ilegal.

La realidad es que Culiáñez mostró su preocupación porque se encuentra en un callejón sin salida. El Ayuntamiento sigue expuesto a nuevas sanciones por vertidos y difícil será, en los tiempos que corren, lograr una multimillonaria inversión -ayer se habló de seis millones de euros- más cuando no se sabe dónde se podría levantar. El PP y Culiáñez se acusaron ayer de este asunto a cuenta de si la Confederación Hidrográfica del Segura nunca cedió los terrenos necesarios cuando podía, perdiéndose esta inversión. El edil de Los Verdes sí recordó que, en cualquier caso, la planta sería a coste cero para el Ayuntamiento.