Estudiar sin saber lo que es un colegio de ladrillos es la traumática experiencia que ha vivido ya una generación de niños del colegio Playas de Orihuela, lo que ayer volvió a llevar a los padres a organizar una movilización a las puertas del centro a las 9 de la mañana en busca de soluciones que no llegan y que vuelve a animarles, una vez más, a plantearse reivindicaciones mucho más duras que llegarán en los próximos meses. Ayer el colectivo convocante, "Padres preocupados del CEIP Playas de Orihuela", contó con el respaldo de la Asociación de Madres y Padres del centro, de la agrupación local de APA de Orihuela, de la Federación Provincial Gabriel Miró y de la plataforma vecinal Pro Orihuela Costa. Y se dio la circunstancia de que ayer mismo, el nuevo equipo de gobierno ofreció una rueda de prensa en relación a la situación que sufre no sólo éste sino otros centros educativos del municipio que siguen en barracones y la concejala socialista Rosa Martínez terminó por tratar de tranquilizar a los padres asegurando que en la reunión que ella y la portavoz del equipo de gobierno Antonia Martínez mantuvieron con el conseller de Educación, José Císcar, éste se comprometió a dar soluciones. Al menos el político del PP parece que ha convencido a los dirigentes socialistas que quieren que todos los estudiantes de Orihuela salgan de los barracones esta legislatura, algo que no será fácil. De hecho, a estas familias que llevan a sus hijos al colegio en la costa ya se les fue prometiendo lo mismo durante los últimos años la Dirección de Régimen Económico de Educación algo parecido sin ver al día de hoy los resultados. Los padres, además, se manifestaron ayer por un nuevo hecho que ha terminado de enturbiar el inicio del curso: faltan dos aulas más, "con lo que se agrava el problema de falta de espacio que sufren los niños en años anteriores", afirman.

Rosa Martínez aseguró que de su visita a Valencia sí que había traído ya un compromiso, como era que en los presupuestos de 2012 de Educación se destinarían los alrededor de 240.000 euros que cuesta la reparación del colegio Virgen del Camino, una cantidad difícil de reunir por la Generalitat si se tiene en cuenta que hace ya tres años los escolares que acuden al centro tuvieron que abandonarlo por la caída de cascotes. Martínez insistió en que, además de estos dos centros educativos, se va a hacer todo lo posible para la ampliación del IES Thader. De hecho afirmó que lo que compete al actual equipo de gobierno, como son los trámites par la cesión del suelo a Educación, estarán listos a finales de octubre para su aprobación en un pleno.