Varios operarios de la brigada verde municipal se han encaramado al monumento en los últimos días con la ayuda de una grúa de gran tonelaje para realizar labores de mantenimiento para que la bandera de Torrevieja y la senyera de la Comunidad Valenciana vuelvan a recuperar su tonalidad original.

El paso del tiempo y óxido habían deteriorado mucho la capa de pintura. Cincuenta litros de imprimación y pintura -12 por cada color- han servido para que este "pirulí" torrevejense coronado por un relieve del escudo de Torrevieja y otro de la Generalitat Valenciana vuelva a recuperar sus franjas blancas, azules, amarillas y rojas.

Los operarios, sujetos a arneses, son elevados en una barquilla por una grúa que ha llegado a extender su pluma hasta los 44 metros. En alguna ocasión, explican los empleados municipales, se había dado alguna capa de pintura, pero ahora se ha lijado toda la superficie para que el trabajo sea completo y se elimine el óxido acumulado. Este monumento se ha convertido en referente geográfico en uno de los principales accesos a la ciudad por muchos motivos. El principal es que con su altura -algo más de 30 metros entre la rotonda y la peana que le sirve de base hasta la antena coronada con un distintivo luminoso- se utiliza por muchos vecinos que no conocen la ciudad como indicativo de ubicación.

Valencianidad

Hasta su inauguración, en marzo de 2000, muchos turistas no ligaban el nombre de Torrevieja con la Comunidad Valenciana -y mucho menos con la senyera valenciana- que en este caso tiene mucho de cuatribarrada catalana porque apenas se distingue la franja azul oficial.

El "monolito" fue inaugurado en los años dorados de los mandatos de Pedro Hernández, entonces alcalde de Torrevieja y Eduardo Zaplana como presidente de la Generalitat en los que se inició una estrecha colaboración entre ambas administraciones. La pieza llegó de un día para otro casi sin anuncio previo. La versión oficiosa asegura que iba a ser un hito de entrada a la Comunidad Valenciana desde Castilla-La Mancha en una nueva carretera y que fue rechazado, cuando ya estaba hecho, por esta última comunidad y terminó, de rebote, en tierras torrevejenses.