Una manifestación convocada por la Plataforma por el Uso de la Bicicleta de Almoradí que tenía pensado reclamar mejores instalaciones y mayor seguridad para poder usar la bicicleta en la localidad acabó congregándose frente al cuartel de la Guardia Civil después de que uno de los manifestantes fuera llevado a dichas instalaciones para su identificación por portar y haber hecho uso de una pistola de fogueo.

Según algunos testigos, el incidente ocurrió después de que el manifestante, que para participar en la protesta vestía indumentaria que simulaba el uniforme de la Guardia Civil, hiciera uso en un bar de una pistola de fogueo que portaba como complemento del disfraz. Este tipo de pistolas, en función de su categoría, pueden ser de venta libre a mayores de 18 años si se tratara de una detonadora o reducida si se tratara de un arma inutilizada y así constara en el Registro Nacional de Armas. Sin embargo, en cualquiera de los dos casos sólo pueden ser usadas en zonas delimitadas legalmente y deben mantenerse en casa como "arma disuasoria".

Disparo

Tras efectuar el disparo en el bar, alguno de los presentes llamó a la Policia Local, que salió en su búsqueda junto a miembros de la Guardia Civil. Una patrulla dio con él, un hombre de mediana edad, mientras participaba en la marcha de apoyo al uso de la bicicleta que había convocado la ya mencionada plataforma.

Tras bajar del coche, la Guardia Civil solicitó que el hombre que portaba la pistola de fogueo se identificara, algo que no pudo hacer puesto que no llevaba encima documentación alguna.

Acto seguido se le emplazó a que se acercara por su propio pie al cuartel de la Guardia Civil para proceder a su identificación y a la del arma, algo que se prolongó durante algo más de media hora.

Durante todo este tiempo el resto de manifestantes que participaron en la marcha le acompañaron hasta la puerta del cuartel y se mantuvieron allí como muestra de apoyo mientras se encontró dentro.

Tensión

En un primer momento hubo cierta tensión ya que los manifestantes desconocían los motivos y la situación que había llevado a las fuerzas de seguridad a identificar a este hombre en el cuartel, pero el ambiente se fue calmando hasta que salió entre aplausos de las instalaciones de la Benemérita. Tras su salida, el manifestante que portaba el traje de la Guardia Civil se dirigió a su casa para cambiar su atuendo y la manifestación se dirigió a la puerta del teatro Cortés, donde tenían previsto tomar un refrigerio antes de que se torciera su marcha.