La Catedral de Orihuela fue ayer el escenario de uno de los actos más emotivos de las fiestas patronales, al menos en el plano religioso y salvando el protagonismo indiscutible del pasado jueves, festividad de Nuestra Señora de Monserrate. El "besamanto" congregó a decenas de fieles que acudieron desde las diez de la mañana a visitar la imagen que se venera durante todo el año en el Santuario y pudieron contemplarla en el centro de la Capilla Mayor de la Catedral.

Por la mañana, los vecinos que acudieron a la Catedral pudieron besar una cinta procedente de la imagen de la Virgen y, por la tarde, la escultura religiosa fue bajada del altar para la misa de las 20 horas y el manto pudo ser besado por su parte trasera.