El periplo involuntario que comprende los últimos quince días de la vida de Alí Azmi, de 33 años, es una incógnita para todos. Desaparecido desde el pasado 25 de agosto, cuando no regresó a su domicilio de Torrevieja después de terminar su jornada laboral en un conocido restaurante torrevejense del centro de la ciudad, ha sido localizado dos semanas después en la unidad de Cuidados Intensivos del Hospital General de Alicante, gracias a que una enfermera de ese centro sanitario identificó su fotografía en un cartel. Nadie sabía dónde estaba o qué le había sucedido pese a que sus amigos, sus compañeros de trabajo, iniciaron pronto su búsqueda y denunciaron la desaparición. Alí, marroquí, 33 años, ha estado en coma desde desde ese mismo 25 de agosto prácticamente hasta hace dos días, en los que ha recuperado la consciencia pero no el habla.

Sucesión de despistes administrativos o de fatalidades, su rutina diaria quedó en el aire aquel día. Como su vida transcurre entre el trabajo y su casa sus amigos creen que tampoco iba documentado, lo que ha impedido su identificación. No tiene familia en Torrevieja. Su madre, a la que llamaba a diario hasta el 24 de agosto, quedó en aquel pueblo al norte de Marruecos de donde salió allá por el 2000. Más o menos. Comparte casa con otro compatriota, y seis años de trabajo en el mismo sitio también da para muchos amigos. Aquel 25 de agosto no llegaría Alí a casa. Solía hacerlo sobre las 1.30 horas. Tampoco regresó a trabajar al restaurante, inmerso en los últimos días de vorágine turística veraniega.

Sus amigos fueron quienes dieron la voz de alarma pasadas unas primeras horas de incertidumbre. Quienes firmaron la denuncia de su desaparición en las dependencias de la Guardia Civil. Quienes han empapelado los muchos locales de restauración del centro torrevejense con fotografías de Alí, con la vestimenta con la que desapareció de camarero con camisa blanca, utilizando los recursos a su alcance para intentar esclarecer la desaparición del joven. Quince días dan para muchas preguntas, para muchas indagaciones. Para muchos silencios y para ninguna respuesta. Para la preocupación de sus amigos y para la angustia de su madre, sufriendo desde la distancia la falta de noticias, la falta de recursos, y según los denunciantes, de las fuerzas de seguridad en Torrevieja.

Dos semanas sin rastro

Dos semanas sin noticias. Sin rastro. Pero quiso tal vez la casualidad que una enfermera, trabajadora en el Hospital de Alicante, fuese a cenar a una de esas pizzerías y terrazas que jalonan el centro turístico de la ciudad. Quiso que se fijara en uno de esos muchos carteles que los amigos de Alí habían colocado y que recordara con seguridad haber atendido al chico de la foto en el hospital. De haberle realizado curas en la cabeza.

Fue el primer enlace de otros que acabaron pronto en el Hospital General de Alicante, y en una concatenación de sucesos que para Alí Azmi comenzaron con una brutal agresión recibida en el trayecto del trabajo a casa. "Nosotros creemos que le han dado una paliza para matarlo", indicaba ayer una compañera de trabajo "pero no sabemos por qué. Ni siquiera sabemos dónde fue. Ahora que nos hemos enterado de que está vivo algunos han empezado a especular con lo que le pasó".

¿Cómo llegó?

Los amigos que han estado buscándole durante todo este tiempo no se explican cómo la Guardia Civil o la Policía Local no llegaron a contactar durante estos 15 días con los hospitales de la provincia. En Alicante, donde fueron a visitar a Alí les dijeron que "no saben cómo llegó hasta allí". Sí les han asegurado que el joven ingresó en ambulancia al centro hospitalario en la noche del 24 al 25 de agosto y desde entonces ha estado hospitalizado. La noticia de que Alí está vivo ha llegado a su círculo más cercano cuando los vecinos de Torrevieja ya habían comenzado a familiarizarse con los carteles pegados en el centro de Torrevieja, que anunciaban su desaparición. Ahora sus amigos marroquíes están trabajando para lograr ayuda del consulado y que su madre pueda llegar a Torrevieja.

Los últimos informes médicos hablan de tibia mejoría dentro de la gravedad. Por qué en este tiempo no han encontrado respuestas quienes preguntaban por él nadie lo sabe todavía.