La reconstrucción y restauración de la que en su día fuera la infraestructura hídrica más valiosa de Hurchillo, en Orihuela, dará paso a una biblioteca, una sala polivalente y dos despachos que, de alguna forma, harán que los aljibes que abastecieron de agua a los vecinos sigan teniendo un uso social al servicio de sus habitantes.

El arquitecto encargado del rediseño de este edificio, Antonio Galiano, cuenta que al inicio de la obra los aljibes se encontraban en un estado bastante precario. Para el equipo técnico supuso "todo un reto" con el que pretendían rendir "todo un homenaje a las infraestructuras hidráulicas y del agua" de esta pedanía. Y a juzgar por el resultado, lo han conseguido.

La sensación que una persona experimenta hoy al adentrase en los antiguos aljibes es la de estar en un edifico que está enterrado, aunque en realidad sólo lo está en parte. La temperatura desciende es su interior unos siete u ocho grados y la luz se vuelve bastante más tenue. Son los muros de hasta 15 centímetros del antiguo edificio -y la capa de aislamiento instalada en los construidos ahora- los que brindan esa agradable sensación térmica. Mientras la bóveda del techo del aljibe reconvertido en biblioteca ha sido reparada casi entera, el buen estado de la de la sala polivalente ha permitido su restauración y hoy puede observarse hasta el espacio por el que antaño se extraía el agua con cubos. Un agua procedente de la lluvia que se canalizaba desde la montaña hasta el aljibe y que abasteció a la primera fuente potable que se instaló en la pedanía, ahora rescatada e instalada en la plaza contigua a este centro. El nuevo edificio tiene una superficie de 340 m2 y su diseño, entre lo moderno y lo antiguo, casa con el estilo de los antiguos aljibes. La obra, realizada por la mercantil Estudio Métodos de la Restauración S.L., ha costado 612.000 euros pagados con fondos municipales. Si todo marcha conforme a lo previsto, este centro social se inaugurará el 19 de septiembre.

Memoria selectiva

El arranque definitivo de la obra comenzó a finales de noviembre de 2010 cuando gobernaba en Orihuela el PP de Mónica Lorente, aunque el proyecto de reconversión de este espacio estuvo reconocido en las previsiones de gasto municipales desde 2006.

El cambio de gobierno tras los últimos comicios posibilitó que fuera ayer la edil de Proyectos, Antonia Moreno (PSOE), la que visitara las obras mientras los operarios daban los últimos retoques. La concejala destacó el uso social que tendrá el nuevo centro y lo definió como una infraestructura que "tenía una función de riego y recogida tradicional" que "hemos sabido reconvertir en un espacio de uso social y uso público". Moreno obvió que se trata de una iniciativa municipal iniciada por el Partido Popular.

La socialista se mostró confiada en que las nuevas dotaciones agradarán a los habitantes de la pedanía y subrayó que su reconversión en espacio social "debería ser el objetivo de todas las intervenciones que se hagan en este tipo de obras".