Decenas de bebés y niños pequeños que aún no han hecho la comunión pasaron ayer bajo el manto de la Virgen de Monserrate para quedar protegidos por la patrona de Orihuela. La iniciativa se celebra siempre el último viernes y el último sábado de mayo, y aunque es una tradición joven -puesto que se celebró por primera vez en 2006- se ha ido consolidando año a año y cada vez atrae a más fieles. Ayer fueron unas cien personas las que acudieron a la misa de las 19.30 horas en el Santuario de Monserrate (algunos llegaron desde Beniel, e incluso una niña llamada Montse se desplazó desde Elche con su familia), y hoy se espera que sean muchas más las que a la misma hora se congreguen en el templo para sumarse a esta costumbre anual. Hoy, además, se celebra el 91 aniversario de la coronación canónica de la Virgen.

El secretario de la Archicofradía de Nuestra Señora de Monserrate, Luis García, explicó ayer que se trata de "un acto breve pero muy emotivo, porque los padres suben con sus hijos al camarín de la Virgen, se hacen fotografías para recordar el momento y después son las camareras de la Virgen las que pasan a los niños bajo el manto de la patrona y rezan una oración para que les proteja". Posteriormente, los pequeños reciben cada año un pequeño regalo de la Archicofradía (organizadora del acto), como una estampa con la oración, un lazo o incluso un relicario de la Virgen.

La imagen de Monserrate, que data del siglo XVIII aunque fue restaurada tras la Guerra Civil por Sánchez Lozano, se encuentra sobre una peana con ángeles en un gran camarín que permite la presencia de varias personas y al que se accede por una escalera trasera. El manto cada año es distinto (a diferencia del día del "besamanto", que siempre se celebra con una prenda del siglo XVIII) y son las propias camareras las que deciden con cuál visten a la Virgen (son 17 las mujeres que se encargan del ajuar, el camarín, la limpieza, las flores o el altar durante todo el año).