El ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, atribuyó ayer la crisis económica a las políticas del Partido Popular iniciadas en 1996 cuando se impulsó la construcción "desaforada", y a "las entidades que la han financiado". Criticó que el PP tilde de "despilfarro" las políticas sociales emprendidas por el Gobierno de "apoyo a los más débiles". No era ni el momento, ni el lugar, pero el PSOE salvó los muebles con dignidad, como indica su principal lema de campaña, congregando a más simpatizantes de los previstos en el barrio del Rabaloche de Orihuela. Y es que Gómez realizó ayer un mitin en la plaza de Santiago ante unas cuatrocientas personas -se habían instalado 150 sillas-en una zona azotada por porcentajes de paro superiores al 25%.

Valoró ayer el ministro, acompañado de la alcaldable del PSOE, Antonia Moreno, y el candidato a la presidencia de la Generalitat, Jorge Alarte, que el exceso de vivienda, "muchas de ellas ahora vacías", generó "millones de endeudamiento". "Quienes las han financiado son los que ahora nos quieren dar lecciones de cómo dirigir el país", subrayó Gómez, muy descriptivo en el análisis del origen de la crisis: "En 1996, cuando se pensó que todo el suelo podría ser urbano". Dijo que los socialistas tenían clara esta situación en 2004, cuando llegaron al poder, pero no explicó por qué no se evitaron los efectos de esta gestión tres años después. Más en la línea de un discurso sindicalista que en la de un miembro del ejecutivo, indicó que "toda nuestra crisis está en la construcción y en las entidades que la han financiado". 1,5 millones de parados registrados, dijo, proceden de la construcción y medio millón, de la industria auxiliar de este sector. "Dos millones que se han generado haciendo creer que triplicar el tamaño de la construcción era posible toda la vida", dijo Gómez, que se preguntó "por qué un país con 45 millones de personas necesita dos millones de trabajadores en la construcción".

Tras subrayar que el Gobierno "protege" a los desempleados, cuestionó que el PP exija "ahora una reforma laboral, pero que en 2002 hicieron una que puso a la calle a trabajadores con un aviso adelantado de dos días". En esta crítica, el ministro lamentó que el PP reproche al Gobierno de "despilfarrar" dinero "por incrementar un 33% el salario mínimo", "por llevar adelante la Ley de Dependencia", por poder ofrecer cobertura a tres de cada cuatro parados y "por impulsar el Plan E". Si el Gobierno "hubiera dejado pasar las reformas por la proximidad de las elecciones, hubiéramos traicionado al país y a nosotros mismos", aclaró.

Rico o pobre

Jorge Alarte volvió a apelar a la dignidad del voto socialista el 22 de mayo. "La dignidad no depende del dinero, de ser rico o pobre. Dignidad es no venderse por dinero y saber que hay cosas que están por encima, como los derechos, la honradez y poder mirar a la cara de la gente", dijo. Y esta idea, aseguró "da miedo a la derecha de esta tierra, a Camps y al PPCV". Alarte, que celebró el lleno de la plaza de Toros en Valencia del PSPV el sábado y cerrando un acto que se prolongó durante casi dos horas, animó a los socialistas a movilizarse para persuadir al 20% de los simpatizantes del partido que las encuestas señalan que se van quedar en casa. Alarte dijo sin embargo que "no cree" en esas encuestas, que dan un mal resultado al PSPV porque "el destino, el futuro, la dignidad del pueblo valenciano no la va a decidir ni el CIS ni ninguna encuesta, sino vosotros el 22 de mayo".

La alcaldable asegura que hay "compra de votos" en los barrios

Antonia Moreno, alcaldable del PSOE en Orihuela, destacó que los socialistas hablan "claro y son valientes" y por eso ayer escogieron la plaza de Santiago para defender sus argumentos, en barrios del cinturón de la sierra. Moreno, especialmente dura con el equipo de gobierno del PP, aseguró que "se están comprando votos" en esas zonas periféricas del casco urbano donde el desempleo es muy elevado bajo la promesa de un trabajo y pidió a sus residentes que "no se dejen engañar" por ese compromiso porque, además, no se ha cumplido en otras ocasiones. Moreno dijo que no la van a callar "ni debajo del agua" y que no "va a dar un paso atrás" e incluso salió en defensa de los militantes del PP, que "no se merecen a sus dirigentes en la ciudad". Pidió que cesaran las "amenazas y el caciquismo" y renegó de quienes alegan que Orihuela no cambia para rechazar propuestas de su campaña como la creación de un parador nacional en el Seminario de San Miguel y explicó que Orihuela está llena de mujeres Armengolas, a las que una leyenda local atribuye la salvación de la ciudad, por sacar adelante a diario a familiares dependientes sin ayuda. En este sentido los socialistas aseguraron que 32.000 dependientes han fallecido en la Comunidad Valenciana esperando las ayudas de una legislación estatal que Camps, recuerdan, no cumple.