Medio centenar de propietarios de las viviendas que hay en la primera línea de la playa de Babilonia de Guardamar del Segura, más conocidas como las casas de los pescadores, se concentraron ayer ante el Ayuntamiento para exigir una solución a la desaparición de la playa. Todos han visto como el mar casi se lleva sus casas este fin de semana.

La cercanía de las edificaciones al mar y la construcción de un espigón para desarrollar el puerto deportivo son las causas aparentes de que el agua llegue hasta la puerta de las viviendas, las cuales gozan de una concesión administrativa que finalizará en 2018. Durante los últimos días, la fuerza de las olas contra las fachadas ha provocado que algunas terrazas se hayan hundido.

Por eso, algunas familias recurrieron el pasado sábado a la colocación de grandes piedras para proteger las casas, acto ilegal, pero necesario. De hecho, el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil y la Policía Local de Guardamar se personaron en el lugar, ya que poner levantar una barrera de piedras ayudado con una grúa no está permitido. Según Felipe Pérez Ortiz, uno de los propietarios afectados, ni el Seprona ni la Policía Local hicieron denuncia de lo ocurrido.

Para los vecinos afectados, la solución pasa por regenerar la playa de Babilonia. Ya no solo por sus casas, sino por la desaparición de la playa, uno de los atractivos turísticos de Guardamar del Segura. "El Ayuntamiento dice que esto lo debe arreglar la Dirección General de Costas y ésta dice que, hasta que no acabe la concesión, no regenera la playa", comenta Pérez Ortiz. Al parecer, el problema se extiende por toda la franja litoral de Guardamar del Segura, ya que el nivel del mar también ha subido en la playa del paseo marítimo. El cambio de las corrientes tras la construcción del espigón parece ser la causa de todos estos males.

Soluciones

"Tienen que buscar una solución. O regeneran la playa o hace una escollera delante de las casas", comentó el vecino afectado. En la playa de Babilonia han existido durante décadas unas 200 casas que, al entrar en vigor la Ley de Costas, no se ajustan a la norma. En los años 90, los propietarios pudieron acogerse a una concesión administrativa que el gobierno central no renovará cuando expire, en 2018. Algunas de las viviendas a las que se les acabó el permiso fueron derruidas hace un par de años.

Los propietarios de las construcciones que todavía siguen en pie exigieron que se ponga remedio a la continua amenaza de derrumbe de las casas. Y es que cada vez que el mar azota con fuerza el litoral del sur de Alicante, los vecinos de las casas de los pescadores están alerta. "Las casas están legalmente donde están porque tienen una concesión. O se busca una solución o que se ponga fin a las viviendas y se pague una indemnización a los propietarios", dijo Pérez Ortiz. Para eso, los propietarios se reunirán esta semana con la alcaldesa, Maryléne Albentosa, a la que exigirán una solución al constante miedo de los temporales y el compromiso de que sus viviendas sigan en pie hasta que la ley lo permita.

Ilegales, pero consentidas

Las casas de los pescadores fueron construidas en la primera mitad del siglo XX. Entonces, no existía Ley de Costas ni el urbanismo respetaba eso del dominio público marítimo-terrestre. Con la aprobación de la norma que prohíbe construir a menos de 100 metros de la costa, estas viviendas fueron protegidas bajo el paraguas de una concesión administrativa que finalizará en 2018. Algunas, cuyo permiso venció y no fue renovado por los propietarios, ya fueron demolidas hace un par de años.