Ya es habitual que el tráfico de los martes deje una imagen de largas colas de vehículos que avanza lentamente por las calles del centro de Orihuela y sus accesos. El mercadillo semanal obliga a cortar algunas vías y a prohibir el aparcamiento en ellas, a lo que se suma la llegada masiva de mercaderes y vecinos de las pedanías oriolanas o de otros municipios de la Vega Baja para vender y comprar productos. Pero ayer, la circulación contó con otro factor en contra: Los expositores de la feria comercial Oriexpo seguían en el recinto de Los Huertos.

Esta explanada sirve de aparcamiento los días de mercado. De hecho, uno de los argumentos dados por la Concejalía de Mercados para mantener los puestos de venta en este barrio en contra de los deseos de los vecinos de Los Huertos es la posibilidad de estacionar en el gran recinto ferial que preside este distrito. Sin embargo, ayer, dos días después de que Oriexpo cerrase sus puertas, los "stands" permanecían impasibles al paso de decenas de vehículos que, tras varios minutos de espera, conseguían adentrarse en el entramado urbano de Orihuela. Hasta mediodía, los operarios no comenzaron a desmontar los expositores de la feria.

Ante la escasez de plazas de aparcamiento, algunos conductores optaron por invadir parte de una gasolinera cercana, así como vías de servicio que llegan hasta las casas más alejadas del barrio de San Pedro. Encima de las aceras, obstaculizando vados permanentes, en solares... los coches estaban por todas partes, menos en la zona dispuesta para que los clientes del mercado semanal puedan estacionar sus vehículos cómodamente sin molestar.

El colapso de una de las entradas principales a Orihuela, sobre todo desde la CV-91, se notó también en las calles principales del casco urbano. La avenida García Rogel estaba a rebosar de coches a la hora de la salida de los alumnos de colegios que tienen su sede en esta vía, que también hace las veces de acceso al centro de la ciudad por el Palmeral.