La mayoría de fachadas del casco urbano de Orihuela lucen repletas de cables colgando, madejas, nudos y cabos sueltos que nadie sabe muy bien cuál es su utilidad, si están en uso o si podrían llegar a ser peligrosos. El Ayuntamiento, sin embargo, no tiene entre sus objetivos más inmediatos eliminarlos ni por cuestiones de estética ni de seguridad, y es que el área de Infraestructuras Urbanas deja en manos de las empresas privadas la iniciativa y la inversión de soterrar todas esas redes de cables.

Según el concejal Manolo Abadía (PP), "hay una normativa para edificios nuevos que obliga al constructor a dejar los tubos preparados para meter los cables de teléfono, luz o alumbrado público por debajo de la acera" y "en una urbanización nueva por normativa tiene que ir todo soterrado". Sin embargo, no está claro si se puede después obligar a las compañías a utilizar esas canalizaciones subterráneas. Pero aunque se pudiera, estas reglas sólo son aplicables a los edificios que se están construyendo desde hace apenas dos años y medio, desde que entró en vigor la "ordenanza municipal reguladora de las licencias de catas y zanjas en bienes de dominio público municipal" (el pleno de octubre de 2008 la aprobó por unanimidad y se puede consultar en el acta de aquella sesión, dado que no está en el apartado de ordenanzas de la web municipal).

Para los edificios anteriores a esa fecha, Abadía argumenta que "cuando remodelamos alguna calle, como acabamos de hacer con Obispo Rocamora, soterramos el alumbrado público y se preparan los tubos para meter todo el cableado, pero el problema con el que nos encontramos a veces es que (las empresas) no lo meten porque el coste es demasiado alto, pese a que lo dejemos preparado".

El concejal sostuvo que el Ayuntamiento no puede obligar a Iberdrola o a Telefónica a soterrar sus cables, ni tampoco puede asumir el coste de hacerlo, de modo que "la cuestión es dar todas las facilidades. Por eso, al mismo tiempo que reurbanizamos calles vamos preparando los tubos y las arquetas para que no haya que volver a abrir zanjas y sólo sea necesario pasar el cableado". Con todo, eso supone un coste adicional para mercantiles que -a juzgar por el aspecto de las fachadas en el casco urbano- están poco por la labor.

Telecomunicaciones

Pese a las explicaciones del concejal, la normativa municipal dice, para el caso de las redes de telecomunicaciones, que "si el Ayuntamiento construye a su costa dichas infraestructuras (canalizaciones subterráneas y arquetas de acceso) y zanjas y las cede en uso, las compañías como contrapartida qeudan obligadas a soterrar sus redes aéreas corriendo con el resto de los gastos".

Añade también que "toda obra nueva de edificio, vivienda, rehabilitación de fachada y reforma de cualquier tipo, deberá integrar y canalizar todas las redes existentes en sus fachadas". Lo cierto y verdad es que el casco histórico de la ciudad ofrece una imagen de abandono.