Manuel Berná García, el Maestro Berná, músico, director y compositor, falleció ayer a los 95 años. Fue alma mater de innumerables iniciativas culturales y musicales que han proliferado en la provincia y en la Vega Baja en estas últimas décadas, al amparo de sociedades musicales, de asociaciones, de grupos de todas las actividades en las que era requerido y en las que participaba con entusiasmo. Nació en Albatera un 21 de agosto de 1915. El Ayuntamiento del municipio que lo vio nacer ha decretado tres días de luto oficial por el fallecimiento del compositor local. La capilla ardiente fue instalada a primera hora de la tarde en el escenario de la Casa de Cultura "Miguel Hernández" donde recibió el último adiós de familiares, amigos y paisanos.

Está previsto que los funerales comiencen hoy, a las 16.30 horas, en la iglesia Parroquial de Santiago Apóstol. Hasta hace escasas fechas dividía su tiempo en componer música y su actividad docente en las clases que daba en su domicilio a estudiantes de composición o de dirección. Su última obra, "Poema a Miguel Hernández", dedicada al Centenario del poeta, fue estrenada en Orihuela en mayo del pasado año.

El Ayuntamiento de Albatera, haciéndose eco del sentir de los albaterenses, le otorgó la Medalla de Oro, además de dedicarle una calle. También en reconocimiento a su trayectoria le dedicó un busto del Maestro Berná en el Parque Unión Musical La Aurora y puso su nombre a la Escuela de Música. Era cofrade de Honor de la Semana Santa de Albatera y estaba totalmente implicado con el movimiento de Auroros de la Vega Baja. Entre sus composiciones más conocidas figuran composiciones de música festera de Moros y Cristianos, como "Abencerrajes" o el "Himno a la Armengola", el Himno de Albatera y más de una docena de marchas de Semana Santa y música militar.

Estudios

Desde muy pequeño inició Berná sus estudios musicales en la banda de Albatera, contra el criterio de su madre, que no quería que fuera músico y con la complicidad de su padre, que le daba clases de manera secreta. Su padre era director de la banda local, en una comarca donde estas entidades tienen una gran raigambre social. A los 14 años ingresó como educando en el regimiento Princesa de Alicante. Con 16 años compone su primer pasodoble, "Albatera prospera".

Después embarcó en el Juan Sebastián Elcano como director de la banda del buque-escuela, en el que estuvo más de cinco años dando la vuelta al mundo. En 1942 compuso el inmortal pasodoble "Albatera", que habría de ser, años más tarde, el himno de su pueblo. Como músico militar, después de haber pasado por varios destinos, obtuvo el grado de comandante director músico. Entre otros muchos galardones recibió el premio de composición Maestro Villa por su obra "Imágenes".

Pasó a la situación de retirado del Ejército en 1975 y se volvió a Albatera, dedicando todo su tiempo a la enseñanza y a la composición. En 1981 fundó y dirigió el Conservatorio de Orihuela. Además, impulsó y desarrolló el encuentro de Auroros, luchando por conservar la pureza de sus cantos. Fue socio de Honor de la Federación de Sociedades Musicales, miembro de honor del Instituto de Estudios Alicantinos "Juan Gil Albert", hijo predilecto de Albatera en 1983, así como director honorario de varias bandas de la Comunidad Valenciana y Caballero de San Antón de Orihuela, en 2002. También se le otorgó el Premio Euterpe de la Federación "por su dedicación a la enseñanza y por su mecenazgo altruista en favor de los músicos", fue director convidado en agrupaciones como la Sinfónica de Baden-Baden. Medalla de Oro de la Sociedad General de Autores de España por toda una vida consagrada a la Música. Son innumerables los homenajes y reconocimientos que recibió en toda España como "una de las glorias de la cultura alicantina". Además estuvo estrechamente vinculado al Certamen Internacional de Habaneras y Polifonía de Torrevieja, como jurado y compositor de habaneras como "Eras de la Sal".

"Albaterear" o llevar el nombre de la ciudad por todo el mundo

Quienes lo conocieron aseguran que Manuel Berná quiso "intensamente a su tierra, a su pueblo, a la comarca, donde deja una huella imborrable como músico y como persona que ha prestado su ayuda y su apoyo a cuantos se han acercado a él". Inventó la palabra "albaterear" para nombrar lo que ha sido una constante en su vida: llevar el nombre de su pueblo allá donde ha estado. Su extensa obra musical ha quedado recogida en la tesis doctoral de la profesora Consuelo Giner y su extensa e intensa vida queda también escrita por María Teresa Pertusa. Esa trayectoria del Maestro Berná, "estuvo siempre entregada a la música y a la cultura y llevó su amor por Albatera a los cinco continentes", según recordaba el Ayuntamiento de Albatera. "Su apariencia sonriente y apacible se transformaba cuando en cualquier lugar, escenario, plaza o celebración de cualquier tipo, cogía en sus manos o alguien le entregaba una batuta, aparecía entonces el músico-militar-compositor enérgico, exigente hasta los mínimos detalles, con un dominio total de la armonía que sorprendía a todo tipo de públicos".