Proambiente, propietaria del vertedero comarcal, cumplió su amenaza e impidió en la madrugada del miércoles al jueves que los camiones de recogida de basura de Orihuela descargasen los residuos en la planta de La Murada-Abanilla. Unas ciento veinte toneladas de residuos se quedaron en los vehículos aparcados en el polígono industrial Puente Alto durante buena parte de la jornada de ayer. El empresario Ángel Fenoll utilizó esta medida de presión, tantas veces anunciada públicamente pero que hasta la fecha no había consumado, para desbloquear el pago de una deuda de 1,3 millones de euros que mantiene la adjudicataria municipal del servicio, formada por la Unión Temporal de Empresas (UTE) de Sufi, Gobancast y Liasur con Proambiente y que corresponde a un año de vertido. Ante el complejo panorama que se presentaba -los camiones llenos no podrían realizar la recogida en las calles anoche en caso de no abrirse las puertas de la planta-, la UTE y los representantes de Fenoll intensificaron las negociaciones y el acuerdo llegó a primera hora de la tarde. De momento, el próximo lunes se abonarán 120.000 euros, correspondientes aproximadamente a dos meses. Los camiones iniciaron el camino a la planta sobre las cinco de la tarde, con presencia de la Policía Local, en los accesos.

La UTE, que la oposición en el Ayuntamiento, la Policía Nacional y la Fiscalía Anticorrupción creen que está compuesta en parte por una tapadera de sociedades del propio Fenoll -aunque él lo niega-, cobra un canon anual por el servicio que realiza desde 2009 de más de 9 millones de euros. En este caso, el Ayuntamiento está al tanto de los pagos a la empresa. De hecho, en un tono de dureza poco habitual en sus notas de prensa, el Ayuntamiento oriolano anunció que utilizará "con toda la contundencia los mecanismos previstos en la Ley de Contratos" si la empresa de la recogida de basuras es incapaz de gestionar el servicio. Además, le concede un plazo de diez días para que "aporte cuanta documentación estime procedente para justificar su capacidad para gestionar el servicio" y, en caso de que se produzca "cualquier deficiencia en el servicio recogida de basura", el Ayuntamiento actuará "adoptando las medidas necesarias y velando por el cumplimiento del actual contrato", algo de lo que ya ha informado mediante notificaciones a la UTE ayer y el 17 de enero.

El Ayuntamiento recuerda que el servicio conlleva la obligación de la concesionaria de depositar los residuos sólidos en una planta autorizada y que el pliego técnico y administrativo y el contrato firmado "establecen con absoluta claridad que es la empresa concesionaria la obligada a realizar la eliminación de residuos". Por parte del comité de empresa, un portavoz explicó que los empleados de la UTE trabajaron, "una hora menos" el pasado miércoles a causa de la prohibición de descargar basura. Según esta fuente, la empresa se comprometió a pagar la jornada completa, ya que cobran en función de la tarea realizada. La contrata tuvo que pagar como horas extra el tiempo que los chóferes emplearon en el traslado al vertedero, cuando Fenoll permitió descargar. La misma fuente estimó que la cantidad de basura recogida el miércoles por la noche podría llegar a las 120 toneladas. Los únicos camiones que se quedaron vacíos tras la recogida fueron los de la Costa, puesto que esta basura se traspasa a los "camiones de transferencia" una vez "compactada", independientemente de que se descargue en el vertedero de Fenoll. La misma fuente señaló que el servicio volvió a restablecerse con normalidad anoche.

En este sentido, el portavoz del comité de empresa señaló que los trabajadores cobran con normalidad y que la dirección de la contrata le trasladó que el conflicto que impidió almacenar la basura del miércoles se trató de "un problema entre empresas".

"No soy una máquina de hacer dinero", dice el empresario

El empresario Ángel Fenoll aseguró ayer que la decisión de no permitir pasar a los camiones al vertedero se produjo después de tres notificaciones de Proambiente a la UTE Orihuela, Capital de la Vega Baja que fueron desoídas. Aseguró que el incumplimiento reiterado de la adjudicataria de limpieza viaria y recogida de residuos del contrato hubiera sido suficiente para rescindirlo hace meses. Volvió a recordar que el precio por tonelada que trata en su planta es la mitad del que cobran otras instalaciones autorizadas de la provincia como la de Piedra Negra (Xixona) o Fontcalent.

Veinte euros "con IVA" frente a 40 o 50 euros por tonelada y "eso se lo ahorra el Ayuntamiento y por lo tanto los vecinos de Orihuela". El empresario de las basuras, imputado en la Operación Brugal, especificó que la negativa de rubricar los pagarés por parte de una de las tres empresas que forman la UTE, Sufi, filial de Sacyr, está en el origen del conflicto, puesto que Gobancast y Liasur, que cuentan con el 60%, sí le dieron el visto bueno. Sufi, empresa con la que este diario ha intentado contactar, alega, según Fenoll que no tiene liquidez para afrontar el pago y que "pierde dinero" en la gestión de la recogida de basura en Orihuela. "No soy una máquina de hacer dinero", alertó el industrial.

La resolución de Proambiente de cerrar las puertas de la planta no deja de ser un aviso a navegantes para el resto de contratas que realiza el servicio de recogida de basuras en la Vega Baja y que también mantienen deudas con el único vertedero de la comarca (y el más barato).