Un día -no se sabe cuándo pero sí que ya hace años- el tiempo se paró a las diez en punto. Al menos en la Plaza de la Centuria Romana de Orihuela, donde el mecanismo del reloj de 1907 dejó de latir y donde poco a poco, mes a mes, ha ido perdiendo algunos de sus órganos fundamentales herido por el paso del tiempo. Paradoja o no, aunque en las manecillas del reloj las horas no pasen, los años han hecho evidente mella en él. Así, abandonado, ha perdido poco a poco el tiempo el reloj centenario.

El peculiar mecanismo original que le hacía marcar los minutos se conserva ahora dentro de una urna de metacrilato sucia y turbia, llena de pintadas, que ya no cumple el objetivo de dejar a la vista cómo funcionaba un reloj antiguo. Las cuatro esferas que debían señalar la hora hacia todas las direcciones se sustentan en una caja de madera deteriorada; juegos de manecillas y algunas circunferencias datadas de principios de siglo han desaparecido. Así lo quiso denunciar ayer el grupo socialista de Orihuela, que pide al equipo de gobierno (PP) que ponga fin a la "desidia y el abandono. Es la tónica general en lo que se refiere al mobiliario urbano en la ciudad, pero en este caso es también una muestra evidente de la actitud de desprecio con los bienes patrimoniales", señaló el partido de oposición.

El reloj, de propiedad municipal según el PSOE, se restauró en 1999 y se volvió a colocar en Navidad, pero de nuevo se dejó perder. "En vez de arreglar las deficiencias que pudiera tener la restauración, el PP ha optado por abandonarlo", critican.

Una de las cuatro esferas se agotó a las diez, otra marcó las doce menos diez y la que perdió sus manecillas decía que eran las tres y veinte. Son las caras de un reloj que en el paso del tiempo tuvo y perdió su razón de ser.

Lleno de pintadas pero sin manecillas

La caja que sustenta las esferas del reloj ha ido perdiendo color día a día con las lluvias y el sol, y sólo ha ganado pintadas de quienes se han encaramado a la torre para dejar su firma con aerosoles. De hecho, hace algo más de un año la Policía Local detectó a un grupo de más de una docena de menores que se encontraban a las dos de la madrugada de un sábado "decorando" la Plaza de la Centuria Romana, aunque sus dibujos no han sido limpiados. No es este, sin embargo, el único desperfecto en el reloj, porque algunas de las esferas no cuentan ya con manecillas a pesar del valor patrimonial que tenían por datar de 1907, y también los números se van borrando poco a poco.