Otra vez se vuelve a repetir la misma historia y quejas de todos los veranos, como si de un fenómeno cíclico y repetitivo se tratase. Y es que vuelve el problema con las algas a las costas de Torrevieja. Ayer, por tercer día consecutivo, continuaba repleta de Posidonia la conocida playa de la Curva del Palangre, situada entre las de Los Locos y la del Cura.

Una playa pequeña, que hace de ésta un lugar para bañarse en un entorno muy familiar, pero ayer era una playa sin arena. Sólo había algas por todas partes y en tal cantidad que parecía que formase parte de su estampa habitual. Cinco metros de un manto que tenían que pisar los bañistas si querían alcanzar el agua. Era la única forma de poder disfrutar del baño. Pero, una vez superada la "barrera", el problema no acababa porque las plantas marinas, que vagan por el agua con destino a la orilla, se enrollaban en los pies y piernas de los bañistas. Una situación que "no es nada agradable". Tal era la situación que por eso algunos bañistas tenían que quitárselas con sus manos.

Las consecuencias son evidentes. Los bañistas no quieren acudir a la cala en estas condiciones y muchos se marchan a otras playas vecinas, como la de Los Locos o la del Cura. E, incluso, otros prefieren disfrutar del baño en aguas de municipios colindantes, como Guardamar y Orihuela. Eso explicaba ayer la presencia de tan sólo una decena de bañistas.

Según los veraneantes, que año tras año, día tras días, frecuentan esta playa, las algas están desde el lunes pero "nadie ha venido a quitarlas". Además, veraneantes veteranos del lugar afirmaban que "hacía muchos años que no veíamos tanta cantidad" y comentaban que "ésto perjudica a la imagen de Torrevieja". También añadían que no es la primera vez que sucede este verano. "Estamos molestos y nos sentimos abandonados porque no limpian las playas", comentaba una de las bañistas a este periódico.

No todo es malo

El hecho de que grandes cantidades de algas salgan a la orilla, arrastradas por el oleaje, muestran la calidad de las aguas, porque, en definitiva, lo que saca a la luz es que en ese fondo marino hay riqueza y vida.

Además, la Posidonia contiene elementos químicos -yodo- que, con su depósito en la orilla, le hace un grato favor pues ejerce como efecto desinfectante. Además, permiten evitar la erosión de la playa. Con ésto se ayuda a que el temporal no perjudique el litoral, tragándose la arena o desplazándola. Una situación que, en las playas del litoral alicantino cada vez se repite más a menudo y supone la pérdida de cientos de metros.

A pesar de que las algas posean propiedades naturales y beneficiosas para la arena, también es cierto que, pasados unos días, éstas comienzan a pudrirse, lo que atrae a los insectos y suponen una incómoda situación para los bañistas.

Los veraneantes no se quejan de la aparición de estas plantas marinas, pues saben que es una cuestión de la naturaleza. Su enfado es por la falta de atención que sufren por parte municipal, pues no se encargan de retirarlas y permiten su acumulación. El pasado verano fue bastante peor. Esta llegada masiva de algas a la costa se repitió en decenas de veces y con una duración mayor. Ahora los afectados se plantean medidas de presión.