El pasacalles que recorrió anoche las calles de Orihuela estuvo encabezado por la embajada cristiana, que este año ostenta, en este caso la comparsa Caballero del Tadmir, y por su embajador, José Luis Fuentes, al frente de las huestes.

La puesta en escena de los del Tadmir reprodujo una ciudad medieval llena de mercaderes, caballeros y damas de otra época, además de guerreros listos para la batalla. Durante dos horas, los integrantes de la embajada recorrieron las calles principales de la ciudad al ritmo de las marchas cristianas. También hubo grupos de baile repartidos entre las filás cristianas. En la embajada hicieron un teatrillo entre los embajadores moro y cristiano. El segundo de ellos era el edil de Urbanismo, Antonio Rodríguez Barberá.

Los embajadores estuvieron seguidos de los Caballeros del Oriol, comparsa que tomará el testigo de la embajada sus compañeros del Tadmir, los cuales marcaron el paso solemne pero rápido característico de las huestes cristianas. Los brillos de espadas y armaduras iluminaron el recorrido del pasacalles, que abarca desde la calle Aragón hasta la de Alfonso XIII.

Piratas

A continuación, los Piratas Bucaneros hicieron alarde de ser una de las comparsas más peculiares de las fiestas de la Reconquista. Al estilo de Francis Drake o Barbarroja, esta agrupación festera lució las vestimentas que el imaginario popular atribuye a los corsarios de hace cuatro siglos.

Los Caballeros de Santiago continuaron con el espectáculo y dejaron paso a los Seguidores de Arum y Ruidoms. Aunque estas comparsas no están entre las que más socios y desfilantes tienen, dejaron el listón alto, tanto por sus trajes vistosos como por la seriedad de su filás. La comparsa de los Contrabandistas animaron a todos con sus bailes, considerados todo un arte dentro de la Fiesta. Sus cabos y desfilantes siguieron el ritmo de la adaptación del tradicional "Paquito, el chocolatero".

Los Caballeros del Rey Fernando avanzaron el cierre del desfile, del que se encargaron los Caballeros Templarios. De este modo, las huestes cristianas defendieron su territorio en la representación de la Reconquista de la ciudad, de la que este año se cumplen 768 años. Será la entrada mora, que tendrá lugar esta noche, la que ponga un broche de oro a las fiestas de Moros y Cristianos de 2010.

Una vez que los desfilantes hayan repuesto las fuerzas, se producirá el traspaso de poderes de los embajadores de este año a los que encabezarán los pasacalles del año que viene.