Las variedades de tomate típicas alicantinas se someten estos días al dictamen de los compradores habituales, quienes tendrán la última palabra en caso de que los intentos por recuperar las especies tradicionales y autóctonas de la zona den su fruto -nunca mejor dicho- y lleguen a las verdulerías. Precisamente reactivar su cultivo es el objetivo de una investigación multidisciplinar encabezada por el director de la Escuela Politécnica Superior de Orihuela (EPSO), Juan José Ruiz, y que involucra a distintos departamentos de la Universidad Miguel Hernández (UMH).

En la fase que se inició el lunes en Orihuela, el área de Economía, Sociología y Política Agraria está tratando de "averiguar la disposición a pagar" de los compradores habituales de tomate mayores de 30 años, que son el público objetivo que va a ser estudiado hasta el próximo miércoles. En grupos de entre ocho y doce participantes -a quienes se va a pagar diez euros por una sesión de entre treinta minutos a una hora- algunos se enfrentarán a pequeñas degustaciones de distintas variedades y tendrán que responder a una encuesta encaminada a averiguar si la comprarían y cuánto pagarían por cada kilo.

En algunos casos probarán su sabor, en otros juzgarán su apariencia física o tratarán de adivinar qué variedades son las que les están ofreciendo, si son las más comerciales o las que la EPSO ha modificado genéticamente para que sean especialmente resistentes a plagas y virus sin perder sus propiedades organolépticas (sabor, olor, textura...). Otros grupos de voluntarios, por su parte, participarán en una especie de subasta en la que "pujarán" por los que creen son los mejores, demostrando así a los investigadores si efectivamente las variedades autóctonas tienen posibilidades de conquistar el mercado. Además, también tendrán incluso que juzgar los mismos tipos de tomates, cultivados en huertos ecológicos, con métodos tradicionales o con más productos químicos.

Las tres profesoras coordinadoras de este experimento comercial (Marga Brugarolas, Laura Martínez-Carrasco y África Martínez Poveda) interpretarán después de la investigación con los alumnos los resultados, de los que depende un sector de la agricultura tradicional de la provincia.